Este sábado 30 de mayo se recuerda el asesinato del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo Molina, quien gobernó gobernó ccon ferrrias manos desde el 1930 al 1961, ocasión en que fue ajusticiado por colaboradores suyos cansados de las astrocidades de su régimen.
¿Pero por qué aun persisten practicas trujillistas en República Dominicana a 54 años de su muerte? Una repuesta categórica es la de que eso ha sucedido porque no hubo castigo contra aquellos que fueron cómplices de su gobierno, quien años después vilvieron a gobernar a República Dominicana.
Hay evidencias de que muchos de los participantes en el complot eran cómplices de sus crímnenes y que se le oposieron cuando se sintieron humillados por el propio dictador. Innumerables anéctotas dan cuenta de maltratos de trujillos a los complotados o a familiares de estos, que los llevó a un pánico tal que decidieron emprender el plan tiranicida.
También existen evidencias que aquella acción estuvo apoyada por un interés de Estados Unidos por salir de la oprobiosa dictatura, por temor a que se rpitiera otra Cuba en el Caribe, pues recien acaba de instalarse la revolución cuba que terminó inclinandose hacia el comunismo.
De modo que aquel episodio que puso fin al regimen trujillista no fue el fruto de gente convencida de que en República Dominicana debía establecerse un régimen democrático, sino grupos desafectos que aspiraban a salir de un déspota probablemente con la finalidad de sustituirlo por otro, lo que no indica que entre ellos no los hubiera con ideales democraizadores.
Los ocurrido despues de su muerte retrata lo ante dicho. Los remanentes del regimen la emprendieron contra los protagonistas del ajusticiamiento. Pero al final, ni estos, ni quienes cooperaron por 30 años con el dictador recibieron las sanciones correspondientes.
Un sólo de ellos purgó penas por los crímenes cometidos, y lo que vino posteriormente fue un segunndo complot contra el pueblo dominicano. Este consistió en atribuir a Trujillo todos los crímenes cometidos en su régimen, de modo que no había más responsables.
Posteriormente se desancadenaron los procesos políticos democratizadores y los trujillistas, muchos de ellos manchados de sangre, encontraron refugios en partidos políticos, el Consejo de Estado se instaló como un repartidor de los bienes del sátrapa, y el primer intento democrático presidido por el profesor Juan Bosch, elegido en las urnas, fue abortado a los 7 meses con un golpe de Estado, encabezado por personeros, algunos de ellos despedido a su muerte con honores de Estado.
La confrontación tuvo su momento más álgido en 1965, de cuya revuelva se celebra este año el 50 aiversario. Una mirada hacia atrás permite apreciar como en uno y otro bandos habían confesos trujillistas, con responsablidades en el régimen oprobioso, de la que salieron muchos de ellos vestido de revolucionario.
El resultado de esa guerra trajo de nuevo al Gobierno el estilo trujillista. La victoria de Joaquín Balaguer, quien al momento de la muerte del dictator era el presidente títere de la época, regresa unos cinco años despues a gobernar en una elecciones impuestas por las bodas militar.
Considerado como la instauración del neotrujillismo, Balaguer se instaló en el Gobierno, apoyado en grupo militares, es intauró una caricatura de democracia que convocaba a elecciones pero que usaba el poder para retenerlo.
Balaguer pulió el podelo trujillista de gobernar y lo dejó instaurado como el más conveniente para políticos que le precedieron.
54 años despues el Trujillismo sigue dominando la política y la vida de los dominicanos. La corrupción desde el Estado, el abuso de poder, la idolatría a los gobernantes, el irrespeto a la ley, el poco aprecio a la vida de la persona y el desconociento a sus derechos fundamentales.