Podría calificar de compleja y peligrosa la situación política del país debido, principalmente, al interés del presidente Danilo Medina de mantenerse en el poder más del periódico para el cual fue electo a pesar de haber jurado, “ante Dios y ante el pueblo, por la Patria y por mi honor, cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes de la República, proteger y defender su independencia, respetar los derechos y las libertades de los ciudadanos y ciudadanas y cumplir fielmente los deberes de mi cargo”.
Es incongruente, por no decir otra cosa, que el Comité Político del PLD que en el 2010 aprobó la Constitución actual, sea quién, cinco años más tarde, proponga su modificación para que un integrante de ese partido y de ese mismo organismo se pueda reelegir.
Reinaldo Pared Pérez, senador por la capital, era y sigue siendo, el secretario general del PLD, a la sazón presidente del Senado y de la Asamblea Nacional al mismo tiempo, cuando se discutió y aprobó la no reelección.
¿Cómo es que ahora, ese mismo hombre, sin ton ni son, con su cara dura como un block de ocho, se presente ante el país con un proyecto distinto? Lo mismo puedo decir de Cristina Lizardo, Julio César Valentín, Euclides Sánchez, Temístocles Montás, Euclides Gutiérrez Félix, Ventura Camejo, entre muchos otros. ¿Acaso no es una burla y falta de respeto al país?
El caso del presidente Medina es peor, porque durante muchos años se opuso a la reelección diciendo que ni siquiera le interesa volver al cargo con un periodo por el medio, que se iría para su casa tan pronto terminara su mandato.
Y ahora ese hombre tiene la cachaza, sin más ni más, olvidando su juramento ante el país y su promesa de no repostularse, hacer lo “que nunca se hizo” para quedarse quién sabe si hasta que muera dentro de 50 o 60 años y romper el récord de Trujillo de casi 31 años.
Todo parece indicar que Danilo Medina está dispuesto a todo para modificar la Constitución, primero, y luego, para “ganar” las elecciones del año próximo de la misma manera que las “ganó” en el 2012.
Lo que se está haciendo tanto en el Senado, como en la cámara de diputados para lograr mayoría, es bochornoso, indecoroso e inmoral. El dinero del Estado corre libremente por los pasillos del Congreso junto con las amenazas, la extorsión y el chantaje.
Ahora entiendo el dicho popular que dice: “Es mejor un malo conocido que un bueno por conocer”, porque jamás pensé que Medina sería capaz de “hacer lo que nunca se ha hecho” para reelegirse sin importarle como lo juzgue la historia.
El Estado, en manos de Danilo, es tan perverso y depredador como lo fue en el gobierno de Leonel, cuya posición en torno a la reelección, externada el pasado lunes, días apenas, dejó de ser de “principios” para ser de interés personal y grupal. No defendía principios, ni doctrinas, no emulaba a Juan Bosch, no actuó como José Martí al que citó verías veces. Como gran simulador, se burló de ellos y del pueblo, como en muchas otras ocasiones. (Cantó como gallo con todas sus mentiras y falsedades, y puso como gallina, como cobarde que es)
La Corporación Económica PLD puede seguir apandillada para garantizar sus múltiples intereses.
Ahora bien, ¿cuál es el papel de la oposición frente a lo que está sucediendo? ¿Dejar que Danilo siga comiendo con su dama derrochando el presupuesto de la nación o por el contrario encabezar un amplio frente que en las calles impida todas las barbaridades que se están produciendo y las que faltan, que serán más graves aún?
¡Que levanten la mano! ¿Quiénes están dispuestos a jugarse el todo por el todo sacrificando lo que haga que sacrificar para sacar del poder al PLD? ¡Que levanten las manos los dirigentes del PRM, Frente Amplio, Alianza País, Patria para Todos, etc., etc., etc.!