Por Felipe Ángel*
Siempre hemos sabido que el agua es un recurso limitado, pero, evaluando las noticias recientes, nos damos cuenta de que la escasez ya es una realidad. En Perú y Colombia, los efectos del fenómeno de El Niño han causado graves sequías en los últimos años, con muchos problemas sociales. En Brasil, algunas grandes ciudades racionaban agua durante la Copa del Mundo. Los mismos problemas ya se están sintiendo en ciertas zonas rurales y en algunas ciudades de Argentina y Chile (en el caso chileno, una ironía: el desierto de Atacama, uno de los lugares más secos del mundo, pasa por tormentas, mientras que otras zonas del país dejaron de tener lluvia).
No hay región más rica en fuentes hídricas que Suramérica. Sin embargo, nuestro continente tiene miles de personas sin acceso al agua potable. ¿Cómo revertir esta situación? Son necesarios muchos esfuerzos, incluyendo un mayor respeto por el medio ambiente, obras de gobierno y cambios en los hábitos de las personas. Además de todo esto, podemos confiar en las tecnologías existentes capaces de aliviar el problema – una de ellas es el uso de la luz ultravioleta.
La luz UV es sabida por ser emitida por el sol y causar daños en la piel. Actualmente, algunas lámparas especiales que producen esta luz ya tienen aplicaciones muy importantes para la sociedad. En sus diferentes tipos, están presentes en la producción de diversos productos (tales como envases de plástico, pintura, madera recubierta, entre otros) y ayudan en la eliminación de bacterias, siendo por lo tanto, eficaz su uso en la conservación de alimentos y la esterilización de instrumentos médicos.
Ahora es el momento de invertir en el uso de los rayos ultravioleta para purificar el agua. En las piscinas, la técnica ya está probada, por no causar el mismo daño del cloro (que genera un olor indeseable e irritación en la piel) y ofrecer una limpieza superior. Sin embargo, el uso puede ir más lejos: la tecnología UV es una de los más exitosas “armas” en la eliminación de los residuos procedentes de los ríos y lagos, como lo demuestran los casos del estuario del Tejo, en Portugal, y del río Chicago, en los Estados Unidos.
Por supuesto, el proceso de desintoxicación depende de otras condiciones, además de tener alguna complejidad y costo, pero su eficiencia es una realidad y merece la atención de las empresas y de los gobiernos de América del Sur. Beneficios de la reutilización de agua impura (en consumo industrial o doméstico) pueden promover mayor impulso a las economías y las condiciones de salud de los países de nuestra región.
El método UV es extremadamente fiable gracias al poder germicida de las lámparas, que alteran el ADN de bacterias y virus, eliminando la posibilidad de contaminación y la reproducción. Tenemos un muchísima agua en América del Sur, sin embargo, la perdemos en gran parte por nuestros problemas de contaminación o dificultades tecnológicas. Abriendo los ojos a la tecnología UV, podremos aprovechar mucho mejor esta riqueza.
.*Felipe Ángel es Gerente de Ventas de OSRAM Andina (que incluye Colombia, Ecuador y Perú)