Las declaraciones del alcalde de Nueva York, Bill Di Blasio, exhortando a los estadounidenses a boicotear el turismo de República Dominicana, han generado un rechazo generalizado de los diversos sectores nacionales, por entender que se trata de una posición extremista que ignora los esfuerzos de las autoridades en materia de migración.
República Dominicana es el principal destino turístico del Caribe, y es junto a las remesas una de las principales fuentes de ingresos.
Desde hace dos años a raíz de dictada la sentencia 168-13 que dispone una revisión del status migratorio de los extranjeros desde el 1929 al 2010, que afecta mayoritariamente a los inmigrantes haitianos y sus descendientes.
Ante tal sentencia impulsada por los sectores más conservadores nacionales y que recibió el rechazo de los organismos internacionales, el Gobierno del presidente Danilo Medina, optó por aplicar un plan de regulación que aun no ha concluido, a los fines de enmendar las partes extrema del dictamen.
A través de los medios de comunicación, comentaristas y líderes de opinión, incluso quienes cuestionan la sentencia, han criticado al alcalde de Nueva York, a quienes critican el no indagar sobre las acciones que ha emprendido el gobierno dominicano para respetar los derechos humanos de los inmigrantes.
Tampoco el funcionario neoyorquino puso empeño en establecer la actitud que el gobierno ha mantenido sobre los hijos de inmigrantes a través del plan de naturalización, a través de la Junta Central Electoral (JCE).
El embajador dominicano en Washington, José Tomás Pérez, dijo que el alcalde de Nueva York está desinformado y que optó por darle una repuesta contundente.
"Lo menos que debe hacer (De Diblasio) es retractarse" expresó Pérez este martes en la mañana en el