SANTIAGO.- Ante la diaria presencia de cientos de haitianos en el área, dominicanos y algunos extranjeros han convertido los alrededores del parque Duarte en un arrabal, debido a que instalan puestos de ventas de comestibles, ocupando las aceras y las calles.
Otros, en cambio, desde que se percataron de la inusual concentración de esa multitud humana, llevan hasta allí carretillas, triciclos y pequeñas neveras móviles, ofertando frutas, aguas y refrescos.
La arrabalización cada día que pasa adquiere caracteres dramáticos y, aunque ocurre en pleno centro de la ciudad, aparentemente las autoridades municipales y de la Amet no se han percatado de la situación.
Como consecuencia de aplicar para el Plan Nacional de Regularización, que venció hace una semana y a partir de ayer, para depositar en la Gobernación provincial documentos que no pudieron entregar previamente, cientos de haitianos se congregan en la zona con ese objetivo.
Esto ha provocado que proliferen en los alrededores los negocios improvisados, lo que dificulta notablemente la normal circulación de personas y vehículos.
La inusual situación se percibe con más intensidad en la esquina que forman las calles Del Sol y 30 de Marzo, la más importante de la ciudad y donde un agente de la Amet se limita a dirigir el tránsito, sin que pueda dedicarse, también, a mantener fuera del lugar a los vendedores ambulantes.
Como consecuencia del descuido que provoca el funcionamiento de esos negocios, las áreas donde operan lucen abandonadas por las autoridades, debido a que los residuos grasosos y de productos comestibles, asociados con la basura que es lanzada a las calles, permanecen allí incluso luego que son retirados por sus dueños, para regresar al día siguiente.
La importancia histórica de esa esquina, donde está marcado el kilómetro cero de la ciudad, también se pierde porque los haitianos que buscan regularizar su situación migratoria, prefieren orinar en la parte posterior de la verja que cerca el parque Duarte, para no salir de la fila y así evitar perder sus puestos mantenidos tras largas horas de espera.