Según el diario The Washington Post su retórica extravagante y habilidad para ocupar el centro de atención nacional demuestra ser "peligrosamente tóxicos" para el Partido Republicano, que intenta recuperarse tras perder las elecciones presidenciales de 2012.
Washington, 2 jul (PL) Donald Trump, magnate de bienes raíces y reality shows de celebridades en Estados Unidos es hoy un candidato incómodo para las aspiraciones republicanas de retornar la Casa Blanca en 2016.
Luego de anunciar que buscará la nominación presidencial del Partido Republicano, el controversial personaje representa un estorbo para sus correligionarios por sus encendidos mensajes que crean borrasca tanto en lo interno como en el exterior del país.
Luego de años de oposición a la reforma de las leyes migratorias, los miembros del llamado partido rojo ahora enfrentan otro lastre (Trump) a sus aspiraciones de atraer el voto de la comunidad latina, para muchos decisivo en los comicios del 8 de noviembre de 2016.
Aunque Trump tiene una popularidad increíble en las redes sociales y algunas encuestas lo sitúan entre los punteros de esa agrupación, tal vez por sus posiciones conservadoras, sus declaraciones incendiarias sobre los inmigrantes mexicanos causaron estupor en las filas partidistas y ahora son centro de controversia.
En su discurso de anuncio de campaña, el político dijo que los mexicanos están trayendo drogas, crimen y son violadores, algo que contrarió a los grupos latinos y provocó sonadas críticas de medios sociales y empresariales, incluso algunos rompieron nexos comerciales con el multimillonario.
Según el diario The Washington Post su retórica extravagante y habilidad para ocupar el centro de atención nacional demuestra ser "peligrosamente tóxicos" para el Partido Republicano, que intenta recuperarse tras perder las elecciones presidenciales de 2012.
Pese a sus errores, el magnate de bienes raíces, con una cuenta bancaria grande y un ego aún mayor, ocupa el segundo lugar entre los republicanos en las encuestas nacionales recientes y en los estados de Iowa y New Hampshire, los iniciadores de las primarias partidistas en el país.
Algunos análisis de medios de prensa como The New York Times y el Post, entre otros, estiman que las extravagancias del político benefician a los demócratas, ya que Trump representa la cara más negativa de los republicanos.
En Iowa, el aspirante está empatado con Ben Carson en el segundo lugar, detrás de gobernador de Wisconsin, Scott Walker, con 10 por ciento, según una encuesta de la Universidad Quinnipiac publicado el miércoles. En Nueva Hampshire, un sondeo de CNN-ORC esta semana lo situó en el segundo lugar detrás del exgobernador de Florida, Jeb Bush, con 11 por ciento.
Las ideas del polémico personaje recogen, sin embargo, trasnochados planes de los republicanos. Por ejemplo dice que los inmigrantes ilegales, especialmente de México, tienen un impacto negativo para la economía de Estados Unidos.
Asimismo tomó el estandarte de algunos legisladores de esa agrupación que apoyan construir una gran muralla en la sur frontera para mantener a los inmigrantes fuera del país, algo que contrasta con las necesidades de sectores agrícolas que dependen de la mano de los inmigrantes para sacar sus cosechas.
Ese mensaje, señala el Post, junto con promesas para restringir las importaciones chinas y otras medidas proteccionistas, podría resonar especialmente bien con algunos, los votantes masculinos obreros blancos, furiosos por la lenta recuperación económica.
Reince Priebus, presidente del Comité Nacional Republicano, dijo a la prensa la semana pasada que sus comentarios no eran útiles para los esfuerzos del partido para llegar a los votantes más diversos.
Otros como el gobernador de Nueva Jersey y actual candidato a la boleta republicana, Chris Christie, condena sus declaraciones. Creo que son totalmente inapropiados, expresó la semana pasada.
Sin embargo, otros incendiarios como el senador Ted Cruz (Texas), candidato y favorito del Tea Party, elogio las palabras de su correligionario y lo calificó de "excelente" y puntualizó que no debía pedir disculpas porque "dice la verdad", lo que confirma algunas posiciones dentro del partido rojo.
Comentaristas políticos estiman que mientras Trump se mantenga en la liza, los demócratas serán favorecidos en sus planes de dominar la Casa Blanca, aunque también sus palabras pueden evitar que candidatos republicanos de extrema derecha se vean obligados a airear mensajes en público como ahora lo hace el magnate inmobiliario.
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