Santiago de Chile, 4 jul (PL) Ni los nombres ni el buen fútbol tienen valor cuando la entrega es total, y eso hizo Chile esta noche al imponerse con todos los méritos a Argentina en la lotería de los penales para conquistar la Copa América.
Por Fausto Triana
Chile hizo historia y por primera vez logró el cetro de campeón continental en un certamen muy disputado.
El marcador en el cobro desde el punto de los suspiros no pudo ser más demoledor: 4-1. Y como casi siempre, la vida le da la revancha a las estrellas. Le tocó a Alexis Sánchez hacer el trabajo definitivo con gol victorioso, elegante.
Antes lo consiguieron de forma impecable Matías Fernández, Arturo Vidal y Charles Arànguiz, mientras Argentina volvió a mostrar sus falencias en este capítulo. Salvo el certero Leo Messi, Higuaín y Banegas resultaron ineficaces.
Estaba destinada la Copa América 2015 a terminar con una dosis extraordinaria de drama. La tanda de penales volvía a desafiar a una Argentina que angustiosamente se impuso en esta modalidad a Colombia en cuartos de finales.
Chile tenía el sabor amargo del revés en igual instancia contra Brasil en el Mundial de 2014. Tensión al más alto voltaje y una vez más el genio del balompié en una expectativa de final impredecible.
Un partido muy parejo en el cual si bien es cierto que Messi recibió numerosas faltas, dio señales desde el comienzo de una Argentina al debe. Sin convicción en el ataque, poca creatividad y temerosa del ímpetu del contrincante.
En tiempo extra cualquier cosa era posible y en los primeros 15 minutos Chile la tuvo. Un error de Mascherano dejó el balón nada menos que en los pies del Niño Maravilla Alexis Sánchez. Zabaleta se desprendió en una carrera increíble.
El delantero del Arsenal mandó un cañonazo y la pelota se fue por encima justo al minuto 105. Persistía el 0-0.
Dos grandes momentos que pudieron cambiar la historia. Primero una media vuelta en el área del laborioso Alexis Sánchez y disparo envenenado que pasó cerca de las redes argentinas a los 83 minutos.
Acto seguido un contragolpe veloz liderado por Lionel Messi que pasó por izquierda al Pocho Lavezzi y remate por fuera muy cerca del Pipita Higuaín a los 87.
La ausencia de un dominador absoluto fue configurando un pacto veleidoso y no deseado de ir al alargue. Chile en el complementario mantuvo su ritmo incisivo en los primeros 10 minutos, pero luego bajó la intensidad.
Sin un Messi con ideas claras, llegaron más tarjetas amarillas, al defensor albiceleste Marcos Rojo, al jefecito Javier Mascherano y al volante ofensivo chileno Charles Aránguiz, sin consecuencias mayores.
Cambios para buscar recargar las pilas por ambas escuadras. Higuaín por Agüero y Banegas en lugar de Pastore en el bando argentino, en tanto Matías Fernández remplazaba a Jorge Valdivia.
El frío molestaba menos que en ocasiones anteriores con unos 14 grados celsiom con cielo despejado que dejaban ver el imponente paisaje de la Cordillera de los Andes con casi 50 mil personas en el estadio Nacional.
En el primer tiempo, especialmente en los 20 minutos iniciales, Chile puso su verticalidad de forma bien incisiva e inquietó a una Argentina que se manejaba con tranquilidad sin importarle la posesión del balón.
Primeras notas de Lionel Messi con Sergio Kun Agüero a los seis minutos, pero a los 11 gran peligro en un contragolpe de la Roja y remate cruzado de Arturo Vidal que detuvo bien el arquero Sergio Romero.
Los locales seguían inspirados con mayor vocación ofensiva. Sin embargo, la amenaza de gol se hizo más clara a los 21 con cabezazo de Agüero que tapó Claudio Bravo. Luego a los 23, en contragolpe, Eduardo Vargas disparó a los graderíos.
Partido entonces de ida y vuelta con un algunas faltas excesivas hasta que Francisco Silva recibió la primera amarilla a los 24 y más tarde Gary Medel, en una patada a Messi que merecía roja, aunque el àrbitro no quiso apretar su dictamen.
En realidad ya venían incomodando a la Pulga del Barcelona y sin embargo, el colegiado colombiano Wilmar Roldán comenzó a ser permisivo, no obstante otro cartón amarillo al chileno Marcelo Díaz.
Un detalle no menor fue la lesión de Angel Di María, coloso por el lateral izquierdo quien en una carrera sin sentido sufrió un desgarre muscular a los 25. Cuatro minutos después lo sustituía Ezequiel Lavezzi.
Chile insistió y tuvo oportunidades de abrir el marcador en pelotas lanzadas al área que no hallaron las piernas precisas para hacer la diana. Argentina tuvo otra con Javier Pastore que dio asistencia a Lavezzi pero estaba en off side.
Bajo las órdenes del colombiano Wilmar Roldán, los equipos alinearon así: Argentina: Sergio Romero; Pablo Zabaleta, Martín Demichelis, Nicolás Otamendi, Marcos Rojo; Lucas Biglia, Javier Mascherano; Javier Pastore (Ever Banegas); Lionel Messi, Sergio Agüero (Gonzalo Higuaín) y Ángel Di María (Ezequiel Lavezzi). DT: Gerardo Martino.
Chile: Claudio Bravo – Mauricio Isla, Gary Medel, Francisco Silva, Jean Beausejour – Marcelo Díaz, Charles Aránguiz, Arturo Vidal – Jorge Valdivia (Matías Fernández) – Alexis Sánchez y Eduardo Vargas (Angelo Henríquez). DT: Jorge Sampaoli.