Muchas personas, probablemente ignoren, quién es Juan Ramón Gómez Díaz, al menos su origen empresarial. Yo lo conocí cuando pocos sabían de él y supe de sus inicios empresariales cuando hace década apareció en Los Mina la Distribuidora Gómez Díaz, especializada en la venta de electrodomésticos.
Para ese entonces ya era sargento y su evolución a empresario fue fruto de la tenacidad, sentido de oportunidad y la confianza que genera en las personas con quien se vincula en los asuntos de negocios.
Juan Ramón Gómez Díaz tiene otra virtud sin la cual no hubiese sido posible el éxito empresarial alcanzado: es un trabajador incansable y disciplinado, con una inteligencia poco habitual para los negocios y para adaptarse a los cambios y aceptar nuevos desafíos.
No vayan a pensar que esa pasión por los medios de comunicación fue una aventura suya. Yo no lo ví, pero un amigo periodista, Rafael W. Acevedo, quien reside en Nueva York y que hace mucho no sé de él, me narró que cuando existió Radio el Mundo de Los Mina, en esa emisora Gómez Díaz ya participaba en un programa de radio, y era objeto de mofa por sus limitaciones de expresión.
La pegada de su canal no es una casualidad, pues recordemos que era identificado como “el telecable de los pobres”, y ese fue el punto de partida para echar raíces en barrios y provincias.
El hoy presidente de Telemicro ha sido un visionario, que ha sabido buscar oportunidades y aprovecharlas cuando se les han presentado. Eso de dar oportunidad al talento de origen humilde nace del origen social del cual proviene. Pero además, ha sabido rodearse de personal talentoso y capaz en cada etapa de su desarrollo empresarial.
Una marca empresarial establecida Gómez Díaz en estos 18 años, pocos empresarios dominicanos se han empeñado en consolidarla, me refiero a su gesto solidario hacia el personal que labora para su empresa, una forma de distribuir los beneficios obtenidos por la misma.
He visto a muchos dominicanos que han tenido en sus vidas las oportunidades, o más de las que ha tenido Gómez Díaz, pero es probable que les hayan faltado esas cualidades personales de alguien capaz de luchar para convertir “sueños en realidades”.