Me parece positivo que la OEA visite a nuestro país en comisión y sin comisión para ver y escuchar lo relativo al plan nacional de regulación y la situación de los haitianos.
¿Para qué negarle su participación si necesitamos de todo aquel interesado en el tema?
Me parece positivo que cualquier institución defensora de los derechos humanos nos visite y quiera evaluar el proceso de regulación de la población haitiana en República Dominicana.
Necesitamos mantener una buena actitud, ser abiertos, plurales y entusiasta con quien sea el visitante, y si alguien, institución u organización vertiera una opinión negativa, jamás ofendernos, sencillamente comprometernos a investigar para sancionar las malas conductas.
Lo ideal es que comisiones compuestas por autoridades haitianas se integren e interesen y participen de la búsqueda de soluciones a los problemas de sus conciudadanos, y que tales compromisos los asuma ante las misiones internacionales.
Sería igualmente importante que el CARICOM y similares puedan visitarnos, observar el paso a paso junto a las autoridades nacionales y con miembros del gobierno haitiano.
Es momento de absoluta transparencia, de apertura y tolerancia.
Hay que mostrar planes de asistencia internacional para mejorar el modo de vida de los haitianos e hijos de haitianos nacidos en República Dominicana y de aquellos descientes que cohabitan con sus progenitores en el territorio, y nacidos en Haití.
La diplomacia haitiana tiene que estar presente y ser parte de esos planes, de la misma manera que República Dominicana debería mostrar inquietud por la falta de documentación básica de cualquier haitiano que entra a República Dominicana desde su país, Haití.
La comunidad internacional debe hacerse representar en el país y ser incluidos en cualquier proceso de documentación en Haití y en República Dominicana.
Que recorran las poblaciones de la zona fronterizo de un lado y del otro, y asistan a las escuelas y hospitales públicos de un lado y el otro, y que observen el desbordamiento de los dominicanos en las atenciones al ciudadano haitiano en cualquier hospital público ublicado en este lado de la frontera. Todo eso es positivo.
Del presupuesto nacional, ¿qué cantidad de dinero se destina a atencionar a los haitianos radicados en territorio nacional, lo mismo que para su regulación, lo mismo que en los hospitales y escuelas alli donde estén o hayan estado?
La realidad del haitiano en República Domincana tiene que ser vista pero debemos compartir con la comunidad internacional los planes en carpeta y los vigentes para con los haitianos.
Que nadie crea que estamos cruzados de brazos, que nos vean trabajando en el trato a cada ciudadano que habita en el territorio dominicano, y aquellos que han sido sujetos de crédito en los planes dirigidos al microcrédito, que también se sepa.
Que se sepa que somos y hemos sido solidarios pero igualmente que se sepa que uno y otro lado de la isla tienen sus responsabilidades para con sus conciudadanos y que podamos medir el alcance de esos niveles de responsabilidad, su impacto y veracidad.
Son circunstancias, eventos, conflictos propios de países que comparten fronteras, pero en modo alguno debemos encharcarnos, como única opción o momento vivencial. Hay que vernos como dos naciones obligadas a aprender a compartir el mismo territorio, respetándonos. No hay otro camino.