SANTIAGO.- Desde hace varios meses, el Arzobispado de aquí se ha visto en la necesidad de acomodar a nuevos horarios algunas actividades religiosas, especialmente en horas nocturnas, fruto del auge de la delincuencia.
Así lo expresa el semanario Camino, órgano escrito de ese estamento religioso, al analizar las consecuencias negativas de esa realidad, a través del editorial “Que no se pierda”, que formará parte de su edición correspondiente al próximo domingo.
“Duele observar que poco a poco el ciudadano comienza a desconfiar del otro; a sospechar de cualquier persona que anda extraviada y busca una dirección”, indica.
El semanario Camino considera que “tener las puertas y ventanas cerradas como una cárcel por temor a un atraco, o asalto se va haciendo cotidiano”.
“Quién iba a pensar que algunas actividades religiosas, y de otra índole, tendríamos que acomodarlas a nuevos horarios para lograr la asistencia deseada, porque hoy, el día y la noche, fruto de la delincuencia, se han convertido en una tentación”, se pregunta el rotativo católico.
Es de opinión de que, ante esta realidad “no debe haber espacio para el lamento, sino para la acción proactiva que impida que nos roben la alegría”.
Al tiempo de insistir en que el tiempo apremia, Camino plantea que las autoridades deben actuar de manera rápida y eficiente para devolverle a este pueblo la seguridad ciudadana, que es uno de los principales reclamos de la sociedad.
“Al extranjero que llega al país le sorprende y valora el alto grado de hospitalidad de nuestra gente. Somos parte de un pueblo acogedor y solidario, con las manos francas, siempre dispuestas al encuentro”, señala.
Empero, Camino dice que es lamentable que la mala conducta de algunos dominicanos “nos haga cambiar y entonces echemos en el olvido esa manera de ser que es como un carnet de identidad”.