Por Margarito Carlos De León
Tal como estaba previsto, la maquinaria mediática reeleccionista se ha activado anticipadamente. Pretenden con esto, como es lógico, disminuir los efectos de sus problemas internos. Danilo Medina, en sus pretensiones de erigirse como amo y señor del PLD inició una falsa campaña de persecución a la corrupción, dirigida con exclusividad a los acólitos de su archi-rival interno Leonel Fernández, pero fue sólo una estrategia para engañar al pueblo y adquirir más poder.
Pues Danilo, que entre sus propios compañeros ha mostrado ser discípulo de Judas y de Maquiavelo, se escudó discretamente en la frase de este último de que "Todos ven lo que aparentas; pocos advierten lo que eres".
Mientras usaba y abusaba de los recursos del Estado para doblegar a sus competidores internos, paralelamente convertía al Congreso en un sello gomígrafo al servicio de sus pretensiones continuistas, promulgando leyes para adquirir una lluvia de préstamos que eran y siguen siendo aprobados de urgencia para ser repartidos entre legisladores colocados de espaldas al interés nacional y comerciantes-politiqueros que se ofertan y vende al mejor postor.
Concluido el avasallamiento de sus competidores internos, ese mismo equipo palaciego, en una maraña perversa al estilo hitleriano, con una intención aviesa de desviar la atención del pueblo sobre los temas que les agobian, retoma el neurálgico tema migratorio incitando al miedo de la población al mezclarlo con el nacionalismo. Y de paso, resucitando el rencor entre ambos pueblos tras los hechos históricos que enfrentaron a haitianos y dominicanos hace más de un siglo.
Aprovechando esa humareda mediática, el candidato reeleccionista guarda silencio, esperando recoger los frutos de su malsana acción, mientras propicia la descomunal carrera de endeudamiento, tomando préstamos a diestra y siniestra. Por otro lado sigue empeorando la calidad de vida de la población, la delincuencia sigue rompiendo récords, aumenta la deficiencia en los servicios públicos y la energía eléctrica sigue siendo la más deficiente y cara de América Latina.
Mientras contrastando con todo esos males que hemos enumerado, los funcionarios públicos peledeístas son los que devengan los salarios más alto del hemisferio, y actúan en forma burlona como quien se come un gran bistec frente a un desamparado que pide limosnas porque no tiene para comprarse un pan.
Tenemos que salir de la trampa que nos ha tendido el patriotero Danilo Medina. Ese mismo que extendió y legitimó el contrato con la Barrick Gold y ha profundizado en forma alarmante la deuda externa, poniendo en riesgo nuestra verdadera soberanía.
No les hagamos el juego, separemos el tema migratorio de la nacionalidad. Nadie en su sano juicio le va a regatear a ninguna nación que regule el tránsito y estadía de sus visitantes y residentes. No es de eso que se trata, el gobierno peledeísta, en procura de intereses políticos electorales, lo mezcla utilizando decenas de millones de pesos del presupuesto nacional, que van a parar a los bolsillos de plumíferos instruidos para confundir a una población que fue educada sobre la base del anti-haitianismo incluso induciéndonos a negar nuestro propio origen taíno y nuestra actual raza multicolor producto de las tantas invasiones que fueron iniciadas por los invasores en el 1492. Y que mezclaron al taíno con blancos y africanos, traídos en contra de su voluntad.
Mientras el gobierno peledeísta calla y se frota las manos, la población se confunde y divide. El tema más apasionante para cualquier nacional es la defensa de su patria. Juan Pablo Duarte fue un verdadero y ejemplar patriota, no tenía invasores preferidos. Su ideario así lo atestigua.
“La República Dominicana será libre y soberana de toda potencia extranjera o se hunde la isla”. El ideario de Duarte reza claramente: “De toda potencia extranjera”. No sólo de una.
Mientras Danilo y los patrioteros reeleccionistas nos meten el cuco haitiano, hipotecan el país a las grandes potencias, tomando préstamos onerosos, que no podrán pagar ni siquiera nuestros biznietos.
Abramos los ojos, que tratando de huirle a la vaca, nos podremos encontrar de frente con el toro. Ya es tiempo de que frenemos de una vez por todas el continuismo peledeísta que en sus 15 años ha producido un tremendo desastre del que tardaremos muchos años en recuperarnos.
Margarito Carlos De León es el Coordinador en Ultramar del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y la candidatura presidencial del licenciado Luis Abinader.