Brasilia, 20 jul (PL) La justicia de Brasil condenó hoy a penas de nueve a 15 años de cárcel a tres exdirectivos de la constructora Camargo Correa por los delitos de corrupción, lavado de dinero y formación de organización criminal.
Se trató de las primeras sentencias contra empresarios y ejecutivos desde que comenzaron en marzo de 2014 las pesquisas por el escándalo de corrupción en Petrobras.
El expresidente de la Camargo Correa Dalton Avancini y el exvicepresidente Eduardo Leite, fueron sancionados a 15 años y 10 meses de privación de libertad, mientras el exgerente del Consejo de Administración de esa firma João Ricardo Auler fue castigado con nueve años y seis meses de cárcel.
El fiscal federal Sergio Moro, encargado de indagar todo lo relacionado con este caso, señaló que estos fueron penados por recibir sobornos en las obras de la Refinería Abreu e Lima, en Pernambuco.
Avancini y Leite cumplirán las penas en sus domicilios por colaborar en este esquema y hacer delaciones premiadas, que permitieron el avance de las investigaciones, indicó Moro.
Además de estas personas, el fiscal condenó igualmente al exdirector de Abastecimiento de Petrobras Paulo Roberto Costa a pagar una multa de cinco millones de reales (un millón 500 mil dólares) y al agente de la Policía Federal Jayme Alves de Oliveira Filho a una pena de 11 años y 10 meses de prisión.
En este contexto, el juez encargado del caso acusó al presidente del mayor grupo empresarial privado de Brasil (Odebrecht), Marcelo Odebrecht, de los delitos de fraude en licitación, lavado de dinero, corrupción y crímenes contra el orden económico.
Estas acusaciones fueron refutadas por la compañía, la cual imputó al fiscal de obstaculizar y afectar el trabajo de sus abogados, y de mantener en prisión al alto ejecutivo sin presentar pruebas algunas, solo testimonios de delatores cuya credibilidad es cuestionada.
Además de Marcelo fueron acusados otros ocho directivos y exejecutivos de esa compañía, detenidos el 19 de junio pasado.
Al menos una treintena de empresarios de las principales constructoras de Brasil, así como exgerentes de Petrobras y políticos están implicados en este esquema de desvío de dinero y contratos inflados con la petrolera estatal.
Según fuentes oficiales, este escándalo generó pérdidas a la compañía de petróleo por valor de dos mil millones de dólares.
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