Por Horacio Nolasco.- El dominicano Pedro Martìnez sera exaltado este domingo al Salòn de la Fama, ingresando de esa manera un grande al màs sublime templo del bèisbol.
Martìnez harà compañìa a Juan Marichal como los ùnicos dos dominicanos en Cooperstowm. Serà apenas el segundo lanzador latino y el cuarto lanzador de color seleccionado por la Asociaciòn de Periodistas de Bèisbol.
Pedro, un lanzador firmado como relleno, màs bien para complacer a su hermano Ramòn Martìnez, quien era un estelar con los Dodgers. Fue traspasado en 1993 a los Expos de Montreal, pues el dirigente de los Dodgers Tommy Lasorda entendìa que el diestro de Manoguayabo no tenìa condiciones para ser abridor y los Esquivadores necesitaban un segunda base, consiguiendo al intermedista Delino DeShields desde Montreal.
El criollo encontrò en Montreal a su segundo padre, el legendario Felipe Alòu, capataz de los Expos, quien le dio la oportunidad para abrir partidos e iniciar desde 1997 su cruzada como el màs fiero de los lanzadores de su època.
Pequeño de estatura para la media del pelotero profesional, Martìnez mostrò un corazòn del tamaño de la media isla que lo vio nacer. Fue màs dominante que todos los lanzadores de su època, en un perìodo donde muchos jugadores explotaron ofensivamente producto del consumo indiscriminado de sustancias prohibidas.
Boston, las demàs ciudades donde Pedro lanzaba y Repùblica Dominicana se paralizaban en cada una de las presentaciones del Monstruo de Manoguayabo. Cuando le fabricaban tres carreras en una salida eso era un escàndalo. Gente acostumbrada a dormir su siesta o a acostarse temprano se desvelaban cuando al dominicano le tocaba lanzar en la Costa del Pacìfico o en juegos diurnos.
Muchos jugadores estelares e ingresados en el Salòn de la Fama pasan en cierto sentido al anonimato, se convierten en reliquias. El caso de Pedro es completamente diferente, su dominio en la lomita ha sido tal que todavìa despuès de su retiro en el 2009 sigue siendo una figura preponderante en las Mayores.
Las grandes faenas de Martìnez coincidieron con el auge de la televisiòn y la recuparaciòn del bèisbol despuès de la huelga de 1994. Pedro labora para la Televisiòn (MLB) y con el conjunto de los Medias Rojas, ademàs tiene una fundaciòn caritativa junto a su esposa Carolina Cruz. El dominicano es toda una figura que sigue en lo màs alto del beisbol.
Todos celebraremos el domingo el ascenso de Pedro, mas, la presencia de Juan Marichal y Pedro Martìnez en tan sagrado lugar debe ser un ejemplo para quienes participan en el bèisbol profesional. La vida organizada, ser un modelo social y familiar, poner los pies sobre la tierra, han permitido a estos dos colosos mantenerse en la cima del bèisbol, luego de finalizar sus carreras.
Felicidades Pedro, eres tan grande como el que màs.