El análisis, realizado por el Observatorio Político Dominico (OPD-FUNGLODE), muestra el grado de confianza de los dominicanos hacia el Congreso Nacional, tomando como base los resultados del estudio de opinión pública Latinobarómetro.
Santo Domingo.- La desconfianza de los ciudadanos hacia el Congreso Nacional dominicano supera el 60 % durante nueve años, revela un análisis publicado hoy por el Observatorio Político Dominicano (OPD), entidad adscrita a la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE).
El estudio, de la autoría de Gaudy Crispín, coordinadora de la Unidad de Poder Legislativo del OPD-FUNGLODE, presenta el grado de desconfianza de los dominicanos hacia el Congreso Nacional y otras instituciones, tomando como base los resultados del estudio de opinión pública realizado por Latinobarómetro.
"Durante los años 2004 y 2013, Latinobarómetro realizó una encuesta que midió la confianza de la ciudadanía dominicana en el Congreso Nacional. Los resultados arrojaron que en promedio, el 60 % de las personas encuestadas tiene poca o ninguna confianza en las cámaras legislativas, mientras que apenas el 38 % tiene algo o mucha confianza en esa institución. El 2 % restante prefirió no opinar al respecto", precisa Crispín.
La autora apunta que a través de los años los porcentajes mantienen su tendencia de desconfianza, independiente de los cambios producidos durante los períodos de elecciones congresuales. "Los años con mayor nivel de desconfianza fueron 2010 y 2011, con 67 y 72 % respectivamente", puntualiza
El análisis revela que este elevado nivel de desconfianza solo es superado por los partidos políticos (71 %) la Policía Nacional (68 %) y la Administración Pública (66 %), e igualada por el municipio/gobierno local (60 %).
Crispín indica que las instituciones o personas que gozan de un mayor nivel de confianza son la Iglesia, la televisión y la radio, que presentan niveles de desconfianza igual o por debajo de 40 %.
Retos de los parlamentos para mejorar la percepción
El análisis del OPD-FUNGLODE puntualiza que los parlamentos emplean técnicas ingeniosas para ofrecer un mayor acceso y más información, “desde consultas populares, capacitaciones sobre su funcionamiento, la transmisión televisiva de las sesiones parlamentarias y los sitios de Internet, hasta programas como «Diputado por un día» y la aplicación móvil oficial «Cámara de Diputados de la Rep. Dom.»”.
Sin embargo, Crispín señala que hasta la fecha aún no se ha determinado hasta qué punto estas estrategias han mejorado la percepción pública del parlamento, han favorecido su comprensión o mejorado los resultados legislativos.
La autora destaca que según el “Informe Parlamentario Mundial”, las tres principales presiones que los parlamentos enfrentan de parte de la ciudadanía son obtener información e influir en el trabajo parlamentario, lograr una mayor rendición de cuentas y receptividad de sus demandas y obtener servicios y resultados para satisfacer necesidades concretas.
El análisis del OPD-FUNGLODE precisa que existe la necesidad de establecer mecanismos para la participación de la ciudadanía, rendición de cuentas de parte de las autoridades y mayores espacios de interlocución entre los representantes y sus representados.