La hepatitis C es una enfermedad silenciosa considerada por la Organización Mundial de la Salud como una “bomba de tiempo viral” que afecta a 150 millones de personas en el mundo.
27% de los casos de cirrosis a nivel mundial y 25% de los cánceres de hígado primario se remontan a la hepatitis C.[i]
Con el lema “Prevenir la Hepatitis, actuar ya!”[ii] la Organización Mundial de la Salud busca acrecentar la sensibilización y el conocimiento de las Hepatitis a escala mundial.
La hepatitis C es una de las enfermedades más prevalentes a nivel mundial. Afecta alrededor de 150 millones de personas[1]. En su fase crónica está considerada por la Organización Mundial de la Salud como una “bomba de tiempo viral” y puede tener graves consecuencias para los pacientes y los sistemas de salud pública.[2]
En República Dominicana se estima que alrededor de 300.000 personas están infectadas con el virus de la hepatitis de la hepatitis C (VHC) y se considera también un alto grado de subdiagnóstico.
La hepatitis C es un virus infeccioso que afecta el hígado. Parte de la dificultad del diagnóstico reside en que ésta es una enfermedad altamente asintomática o con síntomas difusos como cansancio o fatiga. Aproximadamente el 70-80% de las personas con Hepatitis C lo desconocen, dado que los síntomas suelen presentarse en estados avanzados de la enfermedad, en la mayoría de los casos. Por ello, es sumamente importante maximizar el diagnóstico en estos pacientes, dado que con las innovaciones terapéuticas existen altas posibilidades de cura.
Las manifestaciones clínicas de la infección por el virus de la Hepatitis C varían según sea en la enfermedad aguda o crónica. La infección aguda es más a menudo asintomática y conduce a una infección crónica en aproximadamente, el 80% de los casos.
A nivel mundial 27% de los casos de cirrosis y 25% de los cánceres de hígado primario se remontan a la hepatitis C.[iii] De acuerdo con la organización Panamericana de la Salud, en 2012 en América Latina y el Caribe se presentaron 57.900 muertes por cáncer de hígado.[iv] Igualmente se estima que cerca de 350.000 personas mueren anualmente por enfermedad hepática relacionada con el virus de la Hepatitis C.[v]
El no tratar la enfermedad puede llevar a complicaciones que en un número importante de pacientes lleva a la necesidad de un trasplante de hígado. El trasplante tiene complejidades adicionales de seria consideración como es la disponibilidad de órganos, los altos costos asociados y los cuidados post trasplante requeridos. Lo anterior puede tener consecuencias severas tanto para los pacientes como para los sistemas de salud pública.
Es por ello que la enfermedad debe tratarse a tiempo. “Los pacientes que fallaron a tratamiento tradicional y aquellos con fibrosis hepática avanzada, son aquellos que requieren atención de tratamiento inmediata ya que se encuentran en etapas que comprometen de manera importante su salud y probabilidades de cura”, puntualizó la Dra. Kenia Torres, gastroenteróloga, hepatóloga y especialista en trasplante hepático de República Dominicana.
Adicionalmente, alrededor de un 30 a 40% de los pacientes con Hepatitis C crónica puede presentar alguna manifestación extra hepática asociada al virus de la Hepatitis C. Éstas pueden ser: manifestaciones hematológicas, autoinmunes, trastornos dermatológicos, diabetes, entre otras.
La Hepatitis C es una enfermedad curable y la meta principal del tratamiento es lograr una respuesta virológica sostenida (RVS), esto significa que el virus permanece indetectable en la sangre del paciente 6 meses después de haber terminado el tratamiento.
Sin embargo el impacto de no tratar la enfermedad tiene consecuencias severas. Por un lado, a medida que el virus de la Hepatitis C avanza, la efectividad de los tratamientos disponibles disminuye poniendo en juego la probabilidad de cura de los pacientes. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, una nueva generación de medicamentos ha demostrado curar la infección por el Virus de la Hepatitis C (VHC) en hasta el 90% de los pacientes[vi].
Por otra parte a medida que la enfermedad avanza y no es tratada, las probabilidades de presentar eventos adversos en el momento de tratarla aumentan, haciendo complejo el manejo de la terapia. Esta situación se hace más evidente en pacientes que se encuentran en edades propensas a tener comorbilidades como diabetes y obesidad los cuales aceleran la progresión de la fibrosis hepática (aumento en las lesiones en el hígado). “Postergar el tratamiento de la hepatitis C, tiene definitivamente un impacto directo en las posibilidades de cura de la enfermedad”, remarcó la Dra. Torres.
Podemos decir que la epidemia de la hepatitis C se está agravando, disponemos de terapias con tasas de efectividad sin precedentes que mejoran la calidad de vida de los pacientes, reducen la transmisión y evitan que la genta muera.
Beneficios de tratar a tiempo la enfermedad:
En la actualidad, la Hepatitis C es una enfermedad curable. Hoy en día existen tratamientos con una elevada eficacia clínica que aumentan las tasas de cura con una menor incidencia de efectos secundarios. Igualmente permiten tratamientos de corto periodo comparado con las terapias previas disponible.