El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, ingeniero Temístocles Montás, afirmó este martes que para que la República Dominicana pueda afianzar un proceso de investigación, innovación y desarrollo, hay que reforzar la educación primaria, secundaria y universitaria.
“Si queremos –de cara al futuro- montar un verdadero sistema de investigación en la República Dominicana, hay que empezar por la educación y por tanto hay que propiciar una verdadera revolución en la educación primaria, que incluya la dotación de aulas, pero sobre todo una revolución en los formadores de los estudiantes, que son los maestros”, señaló Montás.
Al presentar sus consideraciones en torno al tema durante la presentación del “Diagnóstico Preliminar del Sistema Nacional de Innovación y Competitividad en la República Dominicana”, durante un acto celebrado en el Palacio Nacional, Montás dijo que para crear un ambiente favorable a la investigación científica, hay que afianzar el sistema educativo en sus tres niveles.
“Si queremos crear una conciencia a favor de la investigación, antes de los 15 años de edad hay que desarrollar en el estudiante un deseo por la matemática y por la ciencia”, apuntó el Ministro, según nota informativa de la Unidad de Comunicaciones del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD).
Señaló que pruebas de la Unesco en lo relativo a lectura, matemática y ciencia revelaron que tanto en 2011 como en 2013 la República Dominicana aparece en el peor de los lugares cuando se compara con los diferentes países de América Latina, pues en lectura como en matemática la República Dominicana ocupa la última posición.
En el acto celebrado en el Palacio Nacional estuvieron presentes, además de Montás y Montealegre, la licenciada Ligia Amada Medo, ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología; licenciado Juan Reyes, viceministro de Gestión de Competitividad del MEPyD; Carlos Petrobelli, economista líder del BID de la División de Competitividad e Innovación; Roberto de Groote, consultor del BID, quien hizo la presentación del Diagnóstico, entre otras personalidades. El discurso de apertura del evento estuvo a Cargo de Juan Reyes, Viceministro de Gestión de Competitividad del MEPyD.
“El hecho de que quedemos tan mal, muy por debajo del promedio de la región, en lectura y en matemática, es un asunto que tiene que movernos a preocupación”, afirmó Montás, quien agregó que cuando se observa lo que dice el Foro Económico Mundial, “es como para que nos preocupemos porque en lo que tiene que ver con la calidad de la educación primaria la República Dominicana ocupa la posición 146 de 148 países”.
En lo que respecta a la educación secundaria y universitaria, el funcionario dijo que en las pruebas PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) sobre lectura, ciencia y matemática que realiza periódicamente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), “los países de América Latina que participan en esa prueba quedan todos por debajo de los de la OCDE, incluyendo a los más competitivos de la región”.
Citó el caso de Chile, que es el país más competitivo de América Latina, y no ha logrado ponerse por encima del promedio de los países de la OCDE en matemática o ciencia.
Informó que quienes están por encima son Shanghái –está por encima en todo-, le siguen Taipei, Hong Kong, Macao, pues “van a la vanguardia en términos de calidad de la educación”.
Dijo que la razón que explica por qué las empresas de alta tecnología se ubican en Asia es que allí están los sistemas educativos de calidad.
Al referirse a la calidad de las universidades en el mundo, Montás manifestó que el ranking de Sanghai reveló que en las primeras 100 mejores academias no aparecen universidades de América Latina.
“Solo en las primeras 200 aparecen dos universidades latinoamericanas: una en Brasil y la otra en Argentina. En las primeras 500 universidades solo aparecen diez de América Latina: seis de Brasil, dos de Chile y una de México y otra de Argentina. República Dominicana no se menciona en calidad de universidades”, apuntó el Ministro.
Afirmó que lo que están indicando los datos es que “si nosotros no propiciamos un profundo cambio en el sistema educativo, no es verdad que vamos a estar preparados para competir con naciones que están dedicando esfuerzos, recursos y tiempo a investigación, desarrollo e innovación”.
¡Mientras en Finlandia tienen 20.8 investigadores por cada 100,000 personas que constituyen la fuerza laboral, en América Latina tenemos uno por cada 100,000”, puntualizó.
Dijo que Israel destina 4,8 % de su PIB a investigación y desarrollo, “mientras nosotros destinamos el 4 % del PIB a la educación básica. América Latina, con la excepción de Brasil, no llega al 1 % del PIB dedicado a investigación y desarrollo.
En el caso de República Dominicana, Montás expresó que se está destinando el 0.01 % del PIB (7 millones de dólares al año) a investigación y desarrollo. Para la educación superior 0.33 % del PIB, lo que a su juicio “da una idea del tremendo problema que tenemos por delante en RD”.
Habla representante del BID
La representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Flora Montealegre, dijo que el Diagnóstico entregado hoy busca aportar sugerencias acerca de cómo el país puede avanzar con una agenda de política pública en esta materia
“La República Dominicana ha sido y sigue siendo uno de los países más dinámicos y estables de la región latinoamericana con una tasa de crecimiento anual promedio de 5,3 %, muy superior al promedio latinoamericano”, señaló Montealegre.
Explicó que eso ha sido posible porque el país “ha construido una industria turística envidiable y líder a nivel mundial, presenta un sector inmobiliario dinámico, importantes inversiones en infraestructura y una reactivación del sector minero”.
Agregó que las zonas francas vienen superando la concentración en renglones de bajo valor agregado para insertarse en otras superiores como “la industria del calzado, el equipamiento eléctrico, así como insumos médico-quirúrgicos”.
No obstante, Montealegre dijo que también es cierto que los avances en los indicadores sociales han sido mucho más modestos en República Dominicana que en otros países de la región, que las tasas de pobreza y desigualdad se mantienen muy por encima del promedio regional, que los salarios reales han caído desde hace varios años y que la economía no está generando el número de empleos formales necesarios para reducir las tasas de desempleo e incorporar a los miles de jóvenes que entran todos los años al mercado laboral
“Esto ha llevado a muchos analistas, lideres empresariales y hacedores de política en República Dominicana a comprender la necesidad de ajustar el modelo de crecimiento económico dominante cimentado fundamentalmente en políticas sectoriales a favor de las zonas francas y el turismo, la atracción de inversión extranjera directa y la minería hacia un modelo que favorezca los encadenamientos productivos, la diversificación de las exportaciones hacia productos mas elaborados y el aumento de la productividad de la pequeña y de la mediana industria”, dijo la representante del BID en el país.
Consideró que a pesar de los avances, “la economía dominicana aun presenta bajos niveles de competitividad e innovación. En la raíz de esos indicadores se encuentra la baja productividad de las empresas y de forma particularmente aguda la baja productividad de las micros, pequeñas y medianas empresas en todos los sectores de la economía especialmente en los de los bienes transables”.
“La innovación es un elemento central para impulsar la productividad tanto en manufacturas como en servicios, pero la inversión en innovación en República Dominicana como en general en los países de América Latina, aun es insuficiente y persisten retos importantes en materia de diseño, implementación y seguimiento de las políticas de competitividad e innovación así como en lo referente a la coordinación institucional de estas políticas”, agregó Montealegre.
Recordó que el BID tiene una larga trayectoria de apoyo al desarrollo de políticas y programas de fomento de la competitividad y de fortalecimiento de los sistemas de innovación en América Latina y el Caribe
Manifestó que el apoyo a la competitividad, al desarrollo productivo y la innovación ocupan un pilar central de la estrategia de trabajo del BID con el país, además del financiamiento a programas de inversión como el de apoyo a clúster que ejecuta el Consejo Nacional de Competitividad y el Fondo de Innovación que se ejecuta en colaboración con el MESCyT, apoyo a políticas para mejorar el entorno de negocios, la competitividad, como la Ley de Quiebra que fue aprobada la semana pasada por el Congreso.
En el acto celebrado en el Palacio Nacional estuvieron presentes, además de Montás y Montealegre, la licenciada Ligia Amada Medo, ministra de Educación Superior, Ciencia y Tecnología; licenciado Juan Reyes, viceministro de Gestión de Competitividad del MEPyD; Carlos Petrobelli, economista líder del BID de la División de Competitividad e Innovación; Roberto de Groote, consultor del BID, quien hizo la presentación del Diagnóstico, entre otras personalidades.