Tanto en Haití como en República Dominicana se espera con expectativa el informe que este miércoles conocerá la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre el plan migratorio puesto en ejecución por el presidente Danilo Medina.
La presentación del documento estará a cargo del secretario general de la OEA, Luis Almagro, en el que se recogen las recomendaciones de la misión de la organización que visitó este mes la República Dominicana y Haití para evaluar la crisis migratoria que enfrenta a ambos países.
La OEA celebrará una sesión ordinaria de su Consejo Parmente para definir la posición del organismo ante el caso que envuelve a ambos países.
República Dominicana ha delineado un Plan de Regularización que obliga a los extranjeros a registrarse para poder residir en su territorio. Miles de ellos no han podido hacerlo porque Haití no le proveyó de los documentos que se requieren para cumplir con los requisitos dominicanos.
Otro elemento de conflicto es el relativo a los dominicanos de origen haitiano. El Gobierno dominicano dijo que reconoció la nacionalidad de más de 55 mil hijos de descendientes de inmigrantes haitianos. Las autoridades haitianas alegan que muchos de estos han cruzado la frontera por temor a ser deportados.
La cuestión es que en República Dominicana hay miles de haitianos sin documentos que una vez concluya el plazo fijado para regularizarse serían repatriados. Muchos, pudieron regularizase si Haití lo hubiese provisto de los documentos, lo cual no hizo, han dicho las autoridades dominicanas.
Para lograr sus documentos como dominicanos, los descendientes de haitianos solo debieron presentar copias de actas de nacimiento, o el testimonio de personas dominicanas dando constancia de que nacieron en República Dominicana.
El Plan de Naturalización fue puesto en marcha luego de una controvertida sentencia del Tribunal Constitucional que dispuso una revisión de todos ellos desde el 1929 hasta el 2010, la que despojó de su nacionalidad a muchas personas por su ascendencia haitiana.