Vendedores y compradores de libros nuevos y usados que laboran en el Paseo de la Lectura, en el área de la transformada arteria comercial Duarte, próximo al parque Enriquillo, aseguran que se ha registrado un cambio de 360 grados, al realizar sus operaciones en la nueva zona rehabilitada por el Ayuntamiento del Distrito Nacional, destinada a la comercialización de ese bien cultural.
Antoliano Herrera Cabral (El profe), presidente de la Asociación de Vendedores de Libros Nuevos y Usados del Paseo de la Lectura, dijo que unos 72 pequeños microempresarios han visto mejorar sus condiciones de vida y trabajo, al disponer de una zona más espaciosa y organizada para desarrollar sus actividades.
“En la vieja avenida Duarte era muy difícil, había que guardar la mercancía en la calle, y aquí las condiciones son otras”, aseguró.
“Después que Roberto Salcedo nos construyó esto, nos cambió la vida”, dijo Herrera Cabral, quien lleva más de siete años vendiendo libros a los estudiantes y personas que aman la cultura.
Indicó que antes de ser trasladado a la zona del Paseo de la Lectura se producían robos de mercancías, y los libros se mojaban cuando se registraban lluvias en esa área del Distrito Nacional.
Herrera Cabral aseguró que el público que acude a esa zona para comprar libros se siente más seguro por la organización y la vigilancia policial que se ha dispuesto en esa área.
Explicó que al Paseo de la Lectura acuden compradores no solo del Distrito Nacional, sino de todo el territorio nacional.
“Aquí es el único sitio del país, donde la gente puede comprar un libro para un niño de dos años hasta personas que buscan libros de la antigüedad, y hasta los cristianos y técnicos en diversas especialidades vienen aquí”, dijo.
Manifestó que los comerciantes del Paseo de la Lectura reciben libros usados como compensación de los nuevos textos que serán adquiridos por los lectores.
Herrera Cabral dijo que los microempresarios se han tecnificado, al punto de que reciben tarjetas de crédito en sus operaciones de venta.
Geidy Frías, es una de los 72 microempresarios que se ganan el sustento de sus familiares vendiendo y comprando libros nuevos y usados, en el Paseo de la Lectura de la arteria comercial Duarte.
Con cuatro años en el negocio, Frías dijo que “las cosas pueden cambiar al entrar el nuevo año escolar en el negocio de la venta y compra de libros”.
“Las cosas pueden venir buenas, y todo dependerá si no hay cambios en los libros de texto”, precisó.
El Paso de la Lectura forma parte de los nuevos espacios construidos, luego de la intervención y la rehabilitación por parte del Ayuntamiento del Distrito Nacional de la nueva arteria comercial Duarte.
Esa área está protegida por la Policía Distrital, y miembros de la Policía Nacional, a través del destacamento de Villa Francisca junto al frente al emblemático parque Enriquillo.