Berlín, 12 ago (PL) Un estudio realizado por científicos alemanes y canadienses, y divulgado hoy, sugiere que la llegada del primer bebé conduce a una mayor sensación de pérdida de la felicidad que incluso el divorcio.
Tener un hijo siempre ha sido considerado como una de las mayores alegrías del mundo, sin embargo, la investigación lo refuta afirmando que ser padres puede tener un impacto negativo muy fuerte en la felicidad.
De acuerdo con el estudio emprendido por el Instituto Max Planck de Investigación Demográfica en Alemania y la canadiense Universidad Occidental de Ontario, en promedio el efecto del primer bebé es peor que el divorcio, el desempleo e incluso la muerte de la pareja.
En el artículo, publicado en la revista Demography, los investigadores Rachel Margolis y Mikko MyrskylÃñ se basaron en el llamado 'auto-reporte de satisfacción con la vida'.
Cada año, 20 mil alemanes califican su satisfacción en una escala de 0 a 10, donde el último indica el máximo de bienestar.
En su estudio, los científicos descubrieron que la mayoría de las parejas eran muy felices cuando se disponían a tener su primer hijo, en el año anterior al nacimiento, su satisfacción con la vida creció aún más, tal vez debido al embarazo y la espera del bebé.
Alrededor del 30 por ciento se mantuvo aproximadamente en el mismo estado de felicidad o aún mayor al tener el bebé, no obstante, el resto indicó que su felicidad se redujo durante el primer y el segundo año tras el nacimiento.
En promedio, ser padres condujo a una caída de 1.4 unidades en la escala de felicidad, algo que puede considerarse como muy grave.
Para poner las cosas en perspectiva, se utilizaron pesquisas anteriores que medían el impacto de otros acontecimientos importantes de la vida en la misma escala de felicidad.
Así, el divorcio es equivalente a una caída de 0.6 'unidades de felicidad', mientras que el desempleo y la muerte de una pareja equivalen a la caída de una unidad.
El estudio señala que la consecuencia de las experiencias negativas fue que muchos de los padres se negaron a tener más hijos después del primero.