Houston, TX.- Después de presentar el sencillo “A pesar de mi” lleno de contenido y energía, llega a las bateas el nuevo disco de Alex Sampedro. Un CD con 12 temas llenos de musicalidad, letras muy elaboradas y propuestas temáticas muy diversas.
Desde canciones de adoración perfectamente orquestadas como el nuevo sencillo “Íntimo y Eterno” hasta temas bailables con toques electrónicos como “¿Para Qué?”. La riqueza sonora se puede apreciar desde los primeros segundos, donde se usaron todos los recursos para impactar al oyente y ayudarlo a reflexionar.
Con un estilo poco convencional, “Alex Sampedro”, nombre homónimo del disco, hará pensar acerca de la fe. El álbum toca temas como la crisis, con “Mayordomo infiel” o incluso un tema de amor de pareja titulado “Mi galaxia” que no dejará indiferente a nadie.
El disco contiene dos colaboraciones a destacar. Por un lado, en la canción “Belleza” hace aparición Marcos Vidal, al que tanto debe Alex Sampedro en su estilo de composición y su enfoque ministerial. Ésta es una canción llena de sonido español, cuya lírica muestra que es Dios para estos dos cantautores.
Por otro lado, en el tema “Ni un millón de dioses”, un dúo con Emmanuel Espinosa, el productor del disco. Es un tema enfocado en misiones que Alex compuso durante sus días en Calcuta, India.
Todo el disco pone la mirada en la persona de Jesús y su obra, y cómo Él es relevante en la sociedad de hoy. En todo el disco se plasmada la experiencia personal de Sampedro con Dios. Se trata de una obra musical que retará a profundizar en un sincero acercamiento a lo que el Señor es para la humanidad.
Todas las canciones están compuestas por Alex Sampedro. Su forma de escribir es una propuesta fresca y dinámica, que abre la mente a los oyentes. Combinada con un sonido extraordinario, llena de sentimiento y ritmo, lo que permite disfrutar de música y letra por igual.
“Íntimo y Eterno” el nuevo sencillo. Es una canción que recuerda la grandeza de Dios y a la vez su cercanía. Con una letra llena de contrastes eleva el alma para adorar a Dios, tal cual es Él, sin renunciar a nuestra autenticidad. Las orquestaciones acompañan perfectamente la melodía y el estribillo anima a elevar voces a ese Dios que siendo eterno, se deja conocer en lo íntimo.