El Nuncio Apostólico de Su Santidad, Monseñor Jude Thaddeus Okolo, dijo que la Encíclica se preocupa principalmente del bien de la humanidad, del planeta, de su presente y de su futuro, de sus recursos y la gestión de los mismos.
(Santo Domingo, 18 de agosto de 2015). Monseñor Jude Thaddeus Okolo, Nuncio Apostólico de Su Santidad, manifestó, este lunes 17, que la “Encíclica Laudato Si” es “un documento de trabajo, una contribución simbólica pero significativa, para salvar nuestro planeta que está en peligro. Y con el planeta, nosotros todos, estamos en peligro de extinción, se crea o no”.
“No se trata de un documento dirigido exclusivamente a católicos, ni tampoco únicamente a los creyentes, sino que el Pontífice llama a todos, y sobre todo, a los que llevan una autoridad pública, a pensar sinceramente y profundamente sobre la cuestión y a actuar de inmediato según su propia capacidad y autoridad”, agregó.
Dijo que el tono general de la Encíclica es de esperanza y de reconocimiento de la capacidad de la humanidad de colaborar para el bien común.
El Nuncio Apóstolico de Su Santidad hizo los planteamientos durante el panel “Encíclica Laudato Si” de su Santidad, el Papa Francisco, organizado por el Consejo Dominicano de Relaciones Internacionales (CDRI) de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).
El encuentro estuvo encabezado por el expresidente de la República y presidente de Funglode, Dr. Leonel Fernández; la vicepresidenta de la República, Dra. Margarita Cedeño de Fernández y la directora del CDRI, Dra. Alejandra Liriano. La moderación estuvo a cargo del director ejecutivo de la Fundación, Dr. Marco Herrera.
Monseñor Okolo declaró que “más allá de discursos y palabras sin término, el llamado del Santo Padre es para acción concreta, para invitar a los gobiernos a tomar iniciativas concretas en este sentido”.
Destacó que “no faltan los recursos humanos y financieros para combatir el cambio climático. Lo que falta es la voluntad política y la convicción de la urgencia de la cuestión. El desafío más fuerte a enfrentar es el interés político y económico de las grandes compañías”.
A la disertación de Su Eminencia, le siguieron los comentarios de Manuel Serrano, viceministro de Recursos Forestales del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales; Omar Ramírez Tejada, vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático y el Mecanismo de Desarrollo Limpio (CNCCMDL) y Evayde Pérez, encargada de Cambio Climático del Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI).
Serrano explicó que en el Ministerio de Medio Ambiente asumieron la discusión de la Encíclica desde su publicación. La definió como “un instrumento conceptual que enmarca el trabajo del Ministerio” y agregó que es un llamado preventivo para todos, a fin de velar por el cuidado del planeta y preservar la calidad de vida.
Expresó que el documento exhorta de manera urgente un nuevo diálogo sobre la forma en que se está discutiendo el futuro del medio ambiente.
El viceministro de Recursos Forestales destacó que el Ministerio la acoge como un instrumento de trabajo y hará que su mensaje llegue de forma simplificada a cada dominicano.
De su lado, Omar Ramírez dijo que la Encíclica es un diagnóstico de lo que está pasando a la tierra, “un regalo celestial para todos los que trabajan el tema medioambiental”.
Se refirió a que el primer enfoque es sobre la contaminación. “La cultura del descarte, por la que hay países como el nuestro en el que la basura sigue yendo al vertedero. Eso debe llamarnos a una reflexión”, manifestó.
Ramírez dijo que se hace preciso poner al individuo en el centro de la política pública para crear impacto en lo colectivo desde lo individual. Destacó la necesidad de una educación que establezca alianzas entre la humanidad y el medio ambiente.
Puntualizó también sobre la crítica que hace el papa Francisco a las cumbres mundiales sobre el ambiente, las que -dice Su Santidad- en los últimos años no alcanzaron acuerdos globales significativos y eficaces por falta de voluntad política.
Evayde Pérez expresó que la Encíclica es una reafirmación de que los efectos del cambio climático son reales y que los seres humanos son los principales responsables.
Pérez subrayó que el documento sugiere la creación de grupos sociales para hacer presión a los poderes políticos y económicos y la necesidad de un consenso global para problemas que no se resuelven unilateralmente.
La encargada de Cambio Climático del IDDI planteó que la Encíclica propone un cambio de estilos de vida, la adopción de nuevos hábitos de consumo, así como un nuevo modelo de desarrollo con justicia y equidad social.
“Laudato Si” es la segunda encíclica del papa Francisco. En ella reflexiona “sobre el cuidado de la casa común” y hace “un breve recorrido por distintos aspectos de la actual crisis ecológica, con el fin de asumir los mejores frutos de la investigación científica actualmente disponible”. También propone una ecología que, entre sus distintas dimensiones, incorpore el lugar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea.