La mayoría de las novelas románticas vienen con tramas similares – chica conoce alto, moreno y guapo chico; Chica rechaza chico; chica acepta chico y un romance tórrido sobreviene; algo les hace romper la unión; luego se reúnen y viven juntos y felices para siempre.
Dependiendo de qué categoría elija, estas novelas a menudo también incluyen algunas escenas que hacen a los lectores les tiemblen las rodillas, y anhelen la clase de pasión que está grabado en las páginas. Muchas mujeres pasan gran parte de sus vidas en busca de sentimientos similares, y esperando que cada potencial pareja sea un Romeo.
Pero, ¿qué sucede cuando estos encuentros fallan? A continuación lectores relatan los momentos que trataron de recrear escenas de novelas románticas, y cómo todas pasaron terriblemente mal.
Melanie R:
Pensé que era linda y lancé un ataque durante la cena, esperando que mi novio me persiguiera mientras corría por las escaleras llorando, porque había criticado mis guisantes. Me arrojé sobre la cama, llorando, pero en vez de venir a frotar mi espalda y asegurarme que todo estaba bien, él se acercó, empezó a reír, y con grabandome con el celular, me dijo que no podía evitarlo, pero realmente sonaba como el Pato Lucas cuando yo lloraba.
Sandra P:
Mi chico regresaba de una beca de dos años en el extranjero, y estábamos deseando estar en los brazos del otro. Yo lo estaba recogiendo en el aeropuerto, y cuando él salió de la inmigración, no sé qué me pasó, pero al igual que las delicadas ninfas hacen en las novelas románticas, corrí hacia él, y salté en sus brazos. Hay varias cosas que estaban mal en esa imagen (y docenas de ojos estuvieron presentes para ser testigos). Número uno, que había engordado mientras él había adelgazado por lo que levantarme ya no tan fácil. Número dos, él tenía varias maletas. Y número tres, no estaba preparado. Así que, naturalmente, me lancé y los dos nos fuimos abajo, golpeando el suelo la seguridad nos pidió que nos dispersáramos rápido.
Julia M:
Tengo una boca grande, lo reconozco, y no voy a dar marcha atrás en una pelea. Un día, mi ex y yo íbamos a comprar algo en una plaza en Cross Roads, y encontramos un lugar de estacionamiento en frente de una tienda. Compramos algunas cosas, y yo volví al coche porque me había dejado mi teléfono, al caminar algunos hombres afuera de la tienda en frente del auto me pidieron que fuera a echar un vistazo a su mercancía. Le dije que no, pero siguieron insistiendo, y cuando continúe negándome, me dijeron que no me podía parquear donde estaba. Mis palabras exactas fueron, "Vengan a moverme si se creen tan malo”. Intercambiamos palabras acaloradas, y básicamente les dije que mi hombre se encargaría de ellos. Cuando mi caballero, mi salvador, regresó de la tienda, le dije el problema, esperando que luchara por mi honor. En su lugar, me preguntó si estaba loca, y dijo que no quería recibir una paliza. Resulta que yo había juzgado mal el aspecto 'salvador' de nuestra relación.
Michelle P:
Mi, ahora, esposo siempre fue un aficionado a la gimnasia, pasaba horas ejercitándose, y además su lista de reproducción es todo rap y dancehall matón. Así que, naturalmente, cuando empezamos a salir me sentí segura en torno a él, ya que era físicamente fuerte y siempre estaba disponible para ayudar cuando lo necesitaba. Él era la representación perfecta de lo que siempre había imaginado en un chico – amoroso, protector, con un exterior duro y un corazón blando. A pocos meses de la relación se mudo a mi casa. Yo estaba viendo el canal Lifetime y él estaba en la computadora. En un momento en la película lo miré, sólo para ver lágrimas corriendo por su rostro. Al igual que yo, había conseguido adentrarse en una película sobre una madre tratando de encontrar a su hijo secuestrado. A diferencia de mí, que sólo estaba observando los muchos agujeros en la trama con una sonrisa, el se creyó la película por completo, y mi chico fuerte estaba llorando como si hubiera perdido a su propio hijo.
Fuente: Jamaica Observer