Discurso de Minou Tavárez Mirabal, durante el lanzamiento de Opción Democrática en el Hotel Barceló Lina, Santo Domingo, el pasado 23 de agosto de 2015.
Dominicanos y dominicanas.
¡Cuánto hemos trabajado! Cada uno de ustedes lo sabe, porque ustedes han sido quienes han hecho, hacen y harán que el cambio suceda. ¡Cuánto hemos pasado juntos! ¡Cuánto hemos aprendido! Gracias al duro esfuerzo de ustedes Opción Democrática existe. Fue estimulante y grato hacer este recorrido tomada de sus manos. ¡Felicidades a todos y todas!
Porque queremos una democracia que se respete, hemos nacido. Porque queremos un régimen político que reconozca y promueva los derechos de todos y de todas, hemos nacido. Porque queremos un sistema político que reconozca y promueva la división de los poderes del Estado, hemos nacido. Porque queremos un sistema de partidos en el que se puedan reconocer las diferencias y sus acciones, su relación con la sociedad y sus conductas, hemos nacido. Porque queremos elecciones libres y competitivas, hemos nacido. Porque creemos que una democracia que funcione para todos y todas es el mejor negocio del mundo, lo hicimos. Por eso no teníamos dudas de que debíamos llegar a este día.
Permítanme recordar el camino que hemos recorrido hasta aquí. Desde los que vieron la posibilidad de nuestra adhesión a viejos proyectos, pasando por quienes nos negaban la posibilidad de explorar caminos nuevos, hasta otros y otras que en forma entusiasta favorecían la necesidad imperiosa de que avanzáramos sin temores en la edificación de un proyecto político para superar los viejos y repetidos intentos de seguir haciendo lo mismo. Hoy y aquí, se sabe cual fue el camino que elegimos.
Debemos reconocer que a medida que avanzábamos fuimos reafirmando que estábamos ante una tarea tan difícil que, a veces, parecía que nos superaría. Hoy y aquí, sabemos que hemos cumplido.
Al iniciar este camino queremos recordar a quienes en condiciones infinitamente más difíciles no dudaron jamás en darlo todo por mejores días para la Patria dominicana. No podemos fallar a quienes nos antecedieron. No les vamos fallar a quienes nos acompañan. Tampoco le fallaremos a quienes, a lo mejor sin saberlo todavía, deberán tomar nuestras banderas para conseguir que este país en el mundo sea un lugar de justicia, de democracia y de paz. Una nueva República Dominicana.
Con cuánta alegría podemos contar hoy lo que ha sido nuestro homenaje a un país que necesita cambiar, que quiere cambiar y que va a cambiar.
Ya lo dije, es mucho lo que hemos aprendido. Muchos y muchas bregando porque no tienen la llamada “experiencia política” y otros, que la teníamos, haciendo el esfuerzo por eliminar prácticas que no pueden ser ni serán las de Opción Democrática.
El contexto en que hemos ido haciendo que suceda es la mejor prueba de lo necesaria que es la existencia de nuestro partido. Nuestras preocupaciones iniciales eran, entre otras, el aumento inmoral de la pobreza, la crisis de las instituciones de la democracia, el deterioro institucional manifestado en el funcionamiento del Poder Legislativo, la inexistencia de separación e independencia de los Poderes del Estado.
Les confieso que aunque era evidente que lo que estaba ocurriendo conduciría inevitablemente a una crisis del sistema político democrático y a un nuevo sistema de partidos, resultaba difícil pronosticar lo que serían capaces de hacer estos viejos conocidos de la corrupción y del dolo, cómplices de cuánto sea dudoso, de cuanta oscura maniobra se pueda identificar, de todo lo que la República Dominicana ni necesita, ni quiere.
Así nacimos. Y en esta organización política que presentamos al país nos definimos como “una comunidad de ciudadanos y ciudadanas de la República Dominicana convocada sin distinción social o económica, de creencias religiosas, étnicas, de género y de cualquier otra condición o situación social para favorecer la construcción de una sociedad democrática capaz de exhibir en nuestra patria los más altos valores a los que aspira la humanidad y para satisfacer las necesidades espirituales y materiales de dominicanas y dominicanos en un entorno de fraternidad, libertad y justicia.” (OP. 1)
Los partidos políticos, como se repite con frecuencia, son instituciones fundamentales de la democracia ¡y la democracia es nuestra opción! La necesidad de partidos democráticos es una obligación y la importancia que le asignamos a estas instituciones no nos puede hacer olvidar que deben responder por sus obligaciones no cumplidas por décadas y me refiero a las viejas organizaciones políticas que han favorecido el mantenimiento de un orden que es contrario a nuestras aspiraciones, a las de OPCION DEMOCRATICA y a las de nuestro pueblo.
El viejo orden no democrático ha irrumpido con mucha fuerza, hasta el punto de hacer incierto el futuro del sistema democrático. Basta con ver las nuevas alianzas en las que actores políticos responsables de los años más siniestros del autoritarismo post Trujillo se unen con presuntos impulsores de un cambio que no hicieron antes, cuando dispusieron del poder al que nuevamente aspiran hoy. O los llamados nuevos pactos, en los que la huella indeleble de la corrupción, el clientelismo y el patrimonialismo los retrata y condena.
Nuestra historia es lo suficientemente rica como para enseñarnos también lo que NO se debe hacer. Está llena de ejemplos de quienes se han partido y repartido el poder en campaña, como si nuestro país fuera un bizcocho o unas fichas de dominó. Sobran los casos de acuerdos electorales que con la receta de sumar votos para llegar al poder terminaron en nuevas frustraciones democráticas, pues no hicieron otra cosa que ponerle al viejo orden nuevas vestiduras. Y ese viejo orden ya los muestra a todos desnudos ante un país que los identifica, los conoce y los repudia.
Es la hora de un nuevo camino, es la hora de una nueva República Dominicana. Los partidos políticos no son decisivos sólo por su tamaño, también lo son por su capacidad de lograr acuerdos para el avance y el perfeccionamiento de la democracia, por incluir como parte del debate político los verdaderos problemas del país.
Por eso llegamos a este día, para hacer que suceda: Invito a que me acompañen a los ciudadanos y ciudadanas: Josefina Almánzar, Wilfredo Ernesto Alemany, Manuel Fernández Liranzo, Sergio Germán Medrano, Segismundo López, Emelinda Padilla Fanneyt, Braulio Peralta, Mirla Rivera de Mesa, Digno Tavárez, vocales, Andrés Fortunado responsable del Sector Externo, Verónica Gómez, Secretaria de Actas, César Fernández Rosell, Secretario de la Juventud, Felipe Díaz, Secretario de Asuntos Internacionales, Sergia Galván, Secretaria de la Mujer, Manuel Bonilla Dominici, Secretario de Finanzas, Alfonso Casasnovas Giudicelli, Secretario de Asuntos Electorales, Sonia Perozo Barinas, Secretaria de Comunicaciones, José Horacio Rodríguez Grullón, Secretario de Organización, Samuel Bonilla, Secretario General y Víctor Castro, Vicepresidente de Opción Democrática, e invito también a ponerse de pie a los presidentes y presidentas provinciales para que, teniendo como testigos a quienes nos acompañan en esta sala y a quienes nos ven por la televisión, hagan su juramento o su promesa.
Deben responder: “Sí, juro” o “Sí, prometo”.
¿Juran o prometen luchar por el cumplimiento del programa de Opción Democrática y cumplir y hacer cumplir sus Estatutos?
¿Juran o prometen lealtad a nuestra organización y fraternidad con todos y todas los que somos parte de ella?
¿Juran o prometen luchar contra la explotación irracional de los recursos naturales, contra toda forma de discriminación, defender la libertad de credos y de conciencia y la plena vigencia de los Derechos Humanos?
¿Juran o prometen luchar por una sociedad democrática?
¿Juran o prometen mantener viva la memoria y honrar a nuestros héroes y heroínas y ser testigos de su ejemplo en la lucha por una nueva República Dominicana?
Bien, equipo, se acaban ustedes de comprometer a ser los incansables luchadores por la democracia que el país necesita. Deben ser ejemplo en la defensa de las instituciones, en la exigencia de justicia, en la denuncia de la injusticia y espero también que sean reconocidos por su defensa incondicional con los más débiles en el desafío por construir “una sociedad plural cuya diversidad debe ser afirmada en la igualdad entre sus hombres y mujeres, en el respeto a las minorías y en la no discriminación.” (OP. 6).
Vayan ahora a cumplir con una de las vocaciones más nobles: la vocación política que significa acoger a quienes llegan para hacernos más fuertes. Vayan ahora a trabajar sabiendo que en una democracia que se respete, en una democracia que funcione para todos y todas, hay cosas que NO se hacen. ¡Y eso nos sumará día a día más y más gente buena! ¡Y eso nos hará cada día más sabios y fuertes!
Vayan ahora a oír y a persuadir.
En cada una de las provincias de la República hay necesidades, hay carencias, hay abandono de los gobiernos y hay muchas potencialidades. Allí, en ese encuentro de ciudadanos y ciudadanas que se han comprometido en la lucha política con la diversidad social es donde tenemos que centrar nuestros esfuerzos. Desde ese diálogo construiremos las herramientas necesarias para construir una nueva República Dominicana.
En las próximas semanas recibirán los materiales que servirán de apoyo para la sistematización de las demandas sociales desde los territorios y que serán la base de nuestra oferta programática. Queremos tener un programa que resuma lo que aspiran y necesitan los habitantes de los barrios, las mujeres, los empresarios, los profesionales, los campesinos, los jóvenes, en fin todos y todas. No queremos, ni necesitamos, piezas literarias que hasta ahora nunca se han cumplido y que los diversos sectores sociales nunca han exigido pues ni siquiera han llegado a conocer esos programas.
Por supuesto, nuestro encargado electoral comenzará el proceso para tener presencia en los colegios electorales y para la selección de candidaturas en todo el país.
Ya saben que para ser candidato o candidata de Opción Democrática no es suficiente querer serlo. Tampoco le reconoceremos a nadie derechos fruto de pactos o acuerdos que violenten principios democráticos, de modo que nos está absolutamente impedida la posibilidad de que en algún lugar del país nuestro partido apoye a quienes obtuvieron sus candidaturas mediante el soborno, aunque vengan aquí con recursos y con votos. Ni los queremos ni la democracia dominicana los necesita. Los vamos a denunciar, vamos a ocuparnos de que todos los dominicanos y dominicanas sepan y no olviden que hay cosas que NO se hacen, que actuar de esa manera tiene consecuencias que sus promotores tendrán que asumir y que las dádivas deben dejar al margen de la política decente a quienes, sin voluntad ni adhesión a la democracia y a su propia dignidad, las aceptaron. Con ellos no hay nada que hablar: sus prácticas son absolutamente incompatibles con nuestras aspiraciones.
Entonces, compañeros y compañeras, la tarea consiste en estar en contacto estrecho con la sociedad, con toda la sociedad. En escuchar y persuadir. Iniciar el trabajo para el Programa y la selección de candidatos y candidatas, son tareas con las que salimos de aquí.
Vayan ahora a oír y a persuadir.
Queremos también con la misma energía y franqueza llamar la atención de quienes no se cansan de promover la derrota con sus conductas hegemónicas. Hasta el día de hoy los resultados de las próximas elecciones parecieran estar definidos y aun así insisten en la desgastada fórmula de sumar, presentando como razón la fortaleza del adversario.
No nos vamos a equivocar con ellos. Alcanzar el triunfo de fuerzas políticas que aspiren a más y mejor democracia es imposible si se limita el derecho a competir. No vamos a ser cómplices de quienes creen que debemos llegar a mayo para condenar a la ciudadanía, una vez más, a tener que elegir al menos malo. Así no se construye futuro. Así sólo se ayuda a mantener en pie un andamiaje que ya no resiste. Nosotros estamos aquí porque nos hemos propuesto cambiarlo con nuevas ideas, con nuevas conductas, con nuevas propuestas cuyo reconocimiento venga del pueblo soberano.
Por eso saludamos el hecho de que existan ya varios candidatos a la presidencia y ojalá que quienes aspiran a vencer al pacto perverso del danilismo con el PRD, se decidan a competir y a llegar hasta el final.
Respecto a una afirmación que parece ser la piedra filosofal de un sector político que no está en el gobierno de que es imprescindible ahora la unidad de la oposición debo decirles que no puede estar en los planes de nadie optar por la soledad política, pero quiero ser muy clara: para unir algo, ese algo debe existir. Por ejemplo, el lugar donde esa oposición debiera expresarse es en la Cámara de Diputados y basta revisar los votos de los legisladores para convencerse de que no se puede unir lo que no existe.
Nosotros estamos haciendo y haremos todo lo que sea posible para construir la unidad de quienes quieren un cambio político y eso forma parte de nuestros principios. Nosotros no aspiramos solo a reemplazar a un partido en el gobierno, nosotros queremos un cambio político. No está en nuestros planes una nueva transición, queremos que la transición termine para poder vivir, por fin, en democracia.
Y vamos a seguir insistiendo en que hay innumerables asuntos sobre los que se pueden lograr acuerdos importantes: la defensa del voto, la coordinación política a nivel legislativo y una campaña limpia y respetuosa, entre otros.
La victoria electoral de mayo a nivel presidencial comienza por forzar una segunda vuelta. Vamos a utilizar ese recurso para tener una competencia democrática, respetuosa, con muchos debates, de cara al pueblo…
Esas serán las primarias de una oposición que hasta ahora no existe y por lo tanto no despega. Allí se podrán mostrar las credenciales, esa será la hora de las biografías, de la experiencia, de las historias y de las capacidades. En esa campaña podemos, por qué no, demostrar que la democracia es posible exponiendo frente a todos y todas las distintas posiciones sobre los grandes problemas del país.
Los candidatos se potencian si somos capaces de aglutinar la pluralidad de la sociedad dominicana en la boleta electoral y si esa pluralidad se puede expresar en diversas opciones. Los resultados serán negativos, por el contrario, si se sigue insistiendo en el candidato único. Eso facilita el trabajo de la propaganda del pacto del danilismo y el PRD. La idea del candidato único ni suma, ni une.
Tomemos en cuenta también que la fórmula del “menos malo” lo que va a provocar, en primer lugar, es una alta abstención. Y debo decirlo sin saber quién o cómo se va a ungir a tal o cual como el “único”.
Estas reflexiones que hoy hacemos públicas -pues las hemos manifestado a varias organizaciones políticas en forma privada- son las que han llevado a las direcciones de Opción Democrática a la convicción de que es necesario que nuestro partido esté en la boleta presidencial.
Nadie crea que hemos tomado una decisión como ésta en forma irreflexiva. Conocemos perfectamente la gravedad de la situación institucional que vive nuestro país y los intereses malignos que insisten en seguirlo gobernando. Pero justamente por eso, porque no conozco el miedo y porque si algo de temor pudiera haber en nuestro entorno, la esperanza y la necesidad de un país mejor, vence cualquier miedo y lo transforma en las energías que sin duda necesitaremos para las jornadas victoriosas que se avecinan.
Opción Democrática estará en la boleta electoral el próximo 15 de mayo y allí la foto de Minou Tavárez Mirabal esperará ser marcada por quienes crean que somos la mejor posibilidad para que abandonemos este pasado y este presente que nos niegan el futuro que dominicanos y dominicanas merecemos.
Sé que en un país en que los caballeros de la política han visto siempre a las mujeres únicamente como “las vices” esta es una gran prueba, pero no me quedan dudas de que con la ayuda de ustedes la pasaré con éxito.
Nos vamos de este encuentro en que nos hemos presentado al país y a la comunidad política distintos y distintas. Llegamos escuchando que Opción Democrática era el partido de Minou y nos vamos coreando que Opción Democrática es el partido con Minou.
Vayan a escuchar y a persuadir.
Habrá tiempo para presentar programas y propuestas, para hablar de la corrupción, de los sobornos sin investigar, de los concursos irregulares desde donde saldrán recursos económicos para combatirnos. Habrá tiempo y construiremos oportunidades para seguir denunciando la falta de justicia, el aumento inmoral de la pobreza, la inseguridad y tantos temas de importancia sobre los que queremos dialogar con ustedes.
Para terminar estas palabras, que también son las primeras, quiero hacer un llamado a tener fe en nuestro pueblo, a tener fe en que podremos construir instituciones que soporten al Estado democrático, un Estado que funcione y funcione para todos y todas, especialmente para los más débiles.
Vayan a escuchar y a persuadir.
Y quiero también hacer un llamado a todos y todas, a esa sociedad plural a la que nos hemos referido: a los empresarios les repetimos, no hay mejor negocio que la democracia, ya en mis discursos programáticos tendré tiempo de desarrollarles esta idea y convencerlos con ejemplos; a las valientes y valiosas quisqueyanas, a los jóvenes, y a quienes han caído en la desesperanza también los invitamos a este nuevo caminar, que no desconoce las dificultades, pero que conduce con toda seguridad a tiempos mucho más seguros y mejores.
Porque amamos nuestra patria y no podemos seguir dejándola abandonada en las manos de quienes la han abusado, de quienes se han servido de ella, de quienes sólo buscan en la política y en el ejercicio del poder beneficios personales y grupales. Por eso estamos aquí, porque creemos y estamos dispuestos a trabajar juntos para construir, para edificar esa patria que soñaron nuestros padres.
¡Para hacer que el cambio suceda, viva Opción Democrática!
¡Viva la República Dominicana!