Ivet González
El ABRA, Cuba, 23 Ago 2015 (IPS) – A un lado de la carretera por donde transitan miles de turistas de camino al Valle de Viñales, se ubica la casa del pintor autodidacta Miguel Antonio Remedios, conservada y equipada al estilo tradicional de las familias de estas montañas del occidente de Cuba.
"Sería de gran ayuda que (los turoperadores estatales) incluyeran este proyecto en las rutas turísticas", dijo a IPS el artista de 47 años en su casa-galería, donde también tiene su estudio y ha montado su proyecto "Remedios del Abra".
Esta iniciativa y otras similares sortean obstáculos para conectarse con el boom turístico en el país de gobierno socialista, de moda tras su deshielo con su vecino Estados Unidos.
Solo con la flexibilización en enero por el gobierno de Estados Unidos de los viajes a Cuba, permitidos ahora para 12 categorías, llegaron a Cuba durante el primer semestre del año 88.900 personas procedentes del vecino país, lo que representó 54 por ciento más que en 2014.
En ese período, el total de turistas internacionales sumó 1.136.948, lo que augura un auge al cierre de 2015, cuando se producen la mayoría de los arribos.
El Valle de Viñales y El Abra, un poblado montañoso de apenas unas casas dentro del municipio de La Palma, son dos lugares paisajísticos de las lomas de la provincia de Pinar del Río, colindante con La Habana.
A la provincia llegan parte de los tres millones de visitantes extranjeros que arriban a Cuba cada año, interesados en el avistamiento de aves, el senderismo y los singulares paisajes de llanuras y mogotes, unas montañas de cima achatada.
La sede del proyecto de Remedios tiene techo de hojas de palma, paredes de tablas y un amplio portal con un yugo de bueyes colgado en la fachada. Dentro, hay una sala con una larga y rústica mesa y unos bancos, un tinajón de barro para agua fresca, una cocina a leña y habitaciones con camas con bastidores de alambre.
Cuadros del pintor, inscrito en el estatal Fondo de Bienes Culturales, un requisito para poder comerciar su arte, cuelgan en los muros a la espera de compradores.
Con la venta de sus obras de estilo naif, Remedios acondicionó esta casa-museo, donde nació y creció, y compra los materiales necesarios para dar clases gratuitas de pintura a niños de los alrededores. Comenzó con el proyecto en 2013 y también acepta pequeñas donaciones voluntarias de los visitantes.
Para "revitalizar las tradiciones campesinas y promocionar a los pintores de la localidad", el artista desearía "tener más apoyo de las autoridades locales" para construir un aula, una sala de exposición y un ranchón (construcción abierta con solo columnas y techo) donde celebrar fiestas típicas del campo los fines de semana.
Ofertas alternativas
"El desarrollo de modalidades turísticas diferentes de la de sol y playa dependerá sobre todo de los esfuerzos de los territorios, a partir de sus propios recursos y capacidades para ponerlos a operar", explicó a IPS el profesor Ricardo Jorge Machado, quien fue asesor en la materia del Consejo de Ministros entre 1980 y 1993.
El especialista aconseja a los gobiernos locales que no esperen por financiamientos de la cartera turística y emprendan algunas iniciativas junto con el sector privado y cooperativo, con base en los fondos propios derivados del actual proceso de descentralización de la economía.
En su plan hasta 2030, el Ministerio del Turismo prioriza 100 proyectos de sol y playa y apenas dos ecológicos.
El turismo es ya el segundo rubro de la economía cubana. En 2014 aportó más de 2.682 millones de dólares, solo por detrás de la exportación de servicios profesionales.
La estrategia oficial parece apuntar a los destinos playeros y al turismo de lujo, con la construcción de polémicos campos del golf y el auge de los cruceros, cuya actividad en lo que va de año casi duplicó el movimiento de 2014, según el Ministerio de Transporte.
Por vez primera, las autoridades turísticas reconocen como contrapartes imprescindibles a los crecientes negocios privados y las cooperativas, al tiempo que intentan captar inversión extranjera.
Hasta ahora, los polos turísticos más promocionados son la capital del país, el balneario de Varadero, a 140 kilómetros al este de La Habana, y los cayos en el norte de este país caribeño.
Además de su isla principal, el archipiélago cubano cuenta con 4.195 pequeñas islas, cayos y "cayuelos" de naturaleza exuberante.
Incluso en la capital, Machado estima que existen 90 ofertas diferentes pero se explotan apenas 12, como el bar El Floridita, donde era habitual el escritor Ernst Hemingway (1899-1961), el restaurante La Bodeguita del Medio y el cabaret Tropicana.
"Cuba debe variar más su producto turístico con elementos de su imagen que le garantizarían mayor nivel de credibilidad: su sistema de salud y seguridad ciudadana", dijo el analista. A su juicio, "deben ser una prioridad los más especializados turismos de salud y de larga estancia, asociados a la tercera edad".
Ejemplificó que competidores de la región, como México y Colombia, se enfrascan en el turismo médico, incluso con profesionales formados en Cuba según aseguró, porque la clientela gasta 10 veces más. También se conoce que un millón de estadounidenses viaja cada año fuera de su país con ese fin.
Alternativas de este tipo pudieran crear opciones para varias localidades, porque a lo largo del país se dispone de calificados profesionales de la salud, valoró.
"Es evidente que cada vez llegan más visitantes", indicó la maestra Reina Ramos, mientras caminaba por una céntrica avenida habanera, en alusión a la avalancha de turistas que pasean por la ciudad en taxis de modelos clásicos y descapotables, pintados ahora de brillantes tonos rosa, violeta o amarillo.
Si el Congreso legislativo estadounidense elimina pronto la prohibición a sus ciudadanos de hacer turismo en Cuba, tal cómo se debate en Washington, se anticipa que los visitantes romperán todos los récords del sector, con el riesgo de colapsar los actuales servicios y hoteles del país.
Mientras eso sucede, ciudades patrimoniales y comunidades alejadas de las rutas tradicionales, con parajes paradisíacos, apuestan a introducirse en el circuito turístico, pero con dificultades para crear hospedajes, redes de servicios y hasta carreteras que les permitan beneficiarse del auge de la actividad.
Con calles de adoquines, grandes plazas y casas coloniales restauradas, el casco histórico de la central ciudad de Camagüey traza planes propios de turismo urbano.
"Las expectativas se centran en que el turista llegue aquí, dentro de un circuito por las ciudades patrimoniales cubanas similar al que ya ofrece la Oficina del Historiador de La Habana", contó a IPS el historiador camagüeyano José Rodríguez.
Detalló que las oficinas de conservación del país elaboran un recorrido que abarque La Habana Vieja, Cienfuegos, Trinidad, Sancti Spíritus, Bayamo y el centro camagüeyano, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2008 por la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
La oficina de Camagüey prepara una oferta de alto estándar, que va desde el hospedaje en pequeños y clásicos "hoteles con encanto" hasta una ciudad animada en las noches, con variadas opciones culturales para el turismo y los 300.000 habitantes de la que es la tercera ciudad del país.
Editado por Estrella Gutiérrez