Por Leehi Yona
ANCHORAGE, Estados Unidos, 31 Ago 2015 (IPS) – Una cumbre que se desarrolla en esta noroccidental ciudad estadounidense de Alaska, este 31 de agosto, pretende sumar a los países del Ártico a las medidas contra el cambio climático, en un contexto de críticas contra la extracción petrolera de alta mar en la región.
La conferencia, llamada Liderazgo Mundial en el Ártico: Cooperación, Innovación, Compromiso y Adaptación (Glacier, en inglés) es organizada por el Departamento de Estado de Estados Unidos y contará con dignatarios de 20 países, entre ellos los ocho del Ártico: Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Islandia, Noruega, Rusia y Suecia.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su secretario de Estado, John Kerry, también participan de la conferencia en Anchorage, en el estado de Alaska, en el extremo noroccidental de América y donde se ubica parte del Ártico.
La conferencia se produce en un momento de cambios significativos en la región del Ártico. Los incendios forestales de este año en Alaska alcanzaron sus máximos históricos, ardiendo con tanta rapidez que las autoridades ni siquiera intentaron controlar muchos de ellos.
En los últimos días, miles de morsas aparecieron en las costas de Alaska ya que el hielo en el que viven ha desaparecido.
"La evidencia del cambio climático en el Ártico es visible desde el espacio, ya que observamos la disminución del hielo marino y el derretimiento de los glaciares, y en las vidas vividas por sus residentes", sostuvo Ross Virginia, director del Instituto de Estudios del Ártico de la estadounidense Universidad de Dartmouth.
Esos residentes "son testigos de la erosión de las costas debido a la elevación del nivel del mar y a la reducción del acceso a los alimentos tradicionales de la tierra y del mar. Estos cambios serán más evidentes para el resto de nosotros. El reto es aprender desde el Ártico y trabajar con (él) para adaptarse y evitar un mayor cambio climático", añadió.
La cumbre Glacier también se celebra en un momento de gran atención pública sobre el tema del clima. Las voces críticas a la extracción en el Ártico, así como las próximas negociaciones de la Organización de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que se desarrollarán en diciembre en París, ayudaron a destacar el problema del calentamiento mundial.
"Al visitar el Ártico estadounidense, el presidente Obama demuestra claramente que Estados Unidos es una nación ártica con una participación en el futuro de la región", sostuvo Margaret Williams, directora de Programas del Ártico Estadounidense en el Fondo Mundial para la Naturaleza.
"Este viaje ofrece al presidente la oportunidad perfecta para definir su visión de cómo todas las naciones deben trabajar al unísono para gestionar y conservar nuestros recursos árticos compartidos", señaló.
Grupos ecologistas e indígenas alabaron el potencial de la conferencia, pero también criticaron la reputación de Obama como líder climático porque ha permitido la perforación petrolera de alta mar en el Ártico.
Numerosas protestas y actos de desobediencia civil no violenta en los últimos meses pretendieron impedir las actividades de extracción de la trasnacional petrolera Shell frente a las costas de Alaska.
"La reciente aprobación de los planes de extracción petrolera de Shell en el Ártico es un excelente ejemplo de la disparidad que existe entre el poderoso discurso del presidente Obama sobre el incremento de las medidas ante el cambio climático y las políticas de extracción de combustibles fósiles de su gobierno", destacó David Turnbull, de la organización Oil Change International.
"El presidente tiene que alinear su política energética con su política climática y cesar la extracción de Shell de petróleo incombustible en el Ártico", exhortó Turnbull.
Según Dan Ritzman, director de la campaña Nuestro Estados Unidos Virgen, de Sierra Club, una de las mayores organizaciones ecologistas de Estados Unidos, la decisión presidencial de permitir la extracción en el Ártico es "contraria a la ciencia, el sentido común y la voluntad popular".
Muchos grupos ambientalistas sostienen que la extracción en la región es una irresponsabilidad, ya que se trata de una de las zonas del mundo más vulnerables al cambio climático.
Un alto funcionario del Departamento de Estado respondió a esas críticas el 28 de este mes al afirmar que muchos "ciudadanos de Alaska, y en particular, los indígenas", desean que haya más extracción con el fin desarrollar a sus comunidades.
Sin embargo, activistas indígenas rechazaron esa declaración oficial. Uno de ellos fue Carl Wassilie, activista yu’pik de la organización ShellNo Alaska.
"La extracción en el Ártico es una violación de los derechos humanos de los pueblos indígenas… Obama y Shell están ignorando muchas leyes concebidas para proteger nuestras costas y nuestras comunidades. Obama tiene que empezar a escuchar a los pueblos del Ártico contrarios a la extracción", subrayó.
Uno de los objetivos de la conferencia Glacier es ser un paso previo a la 21 Conferencia de las Partes (COP 21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se realizará del 30 de noviembre al 11 de diciembre en París.
En la COP 21 se espera que se adopte un ambicioso acuerdo vinculante sobre el cambio climático.
Los observadores señalaron que la conferencia Glacier podría ser una escala importante en el camino a París, porque reunirá a un conjunto de países – entre ellos Canadá, China, Estados Unidos, India, Japón, Rusia, y muchos países europeos – que en conjunto emiten la abrumadora mayoría de los gases de efecto invernadero del mundo.
Algunos sugieren que la conferencia podría ser la ocasión para que estos países contaminantes refuercen sus compromisos de reducción de las emisiones de dióxido de carbono.
"Con respecto al cambio climático, el presidente Obama tuvo buen desempeño, pero no lo suficiente", según el biólogo marino Richard Steiner.
"El compromiso de Estados Unidos de reducir las emisiones de carbono en un 30 por ciento en los próximos 15 años es aproximadamente la mitad de lo que se necesita con urgencia", advirtió.
"Es como si estuviéramos en un barco que se hunde, donde entran dos litros de agua por minuto y sacamos un litro por minuto. Seguimos hundiéndonos. Necesitamos con urgencia que Estados Unidos y el mundo se comprometan" en la COP 21 "a una reducción de carbono de al menos 60 por ciento para 2030. De lo contrario, estamos perdidos", afirmó.
Con estos desafíos por delante, la cumbre Glacier ofrece fuertes esperanzas para la cooperación internacional sobre el cambio climático. Entre la diversidad de opiniones, resalta la necesidad de que los jóvenes participen en las discusiones sobre el cambio climático del Ártico.
Una "prioridad debe ser involucrar a los jóvenes en todos los aspectos del problema del clima – la educación, la investigación, el liderazgo y el activismo. Es vital que estén en la ‘mesa' y que ayuden a definir las cuestiones que abordarán los responsables políticos. Después de todo, son los que tienen más en juego", recordó Virginia.
Editado por Phil Harris / Traducido por Álvaro Queiruga