Nueva York, 31 ago (PL) El petróleo Intermedio de Texas (WTI), el de referencia en Estados Unidos, cerró hoy en Nueva York con un repunte de 3,98 dólares, a 49,20 dólares el barril, su tercer ascenso consecutivo en este mercado.
A despecho de pronósticos de algunos analistas, según los cuales las cotizaciones del oro negro podrían descender hasta niveles no vistos en años, este tipo de crudo ligero acumula desde el jueves un ascenso de 27,46 por ciento.
Algunos expertos atribuyeron la notable alza de este lunes, a la reciente disposición de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), de realizar una reunión urgente para discutir la situación de los precios con otros productores.
La agrupación expresó en un comunicado que está dispuesta a hablar con todos los productores para que el crudo tenga un precio justo, un mensaje que disparó entre los inversores las expectativas de una posible reducción del bombeo por parte de la organización, comentaron analistas.
Venezuela, Ecuador, Irán, Argelia y Nigeria promueven ese encuentro, en un intento de lograr convencer a los demás miembros acerca de la necesidad de fijar un nuevo techo de producción para detener la caída de las cotizaciones.
Estas se redujeron desde junio del año anterior en casi un 50 por ciento, tal vez una de las caídas más abruptas registradas en poco más de un año.
Sin embargo, los integrantes más acaudalados del bloque, como Arabia Saudita, siguen empecinados en no actuar a favor de una recuperación del precio.
Ese país, que a juicio de no pocos es el "proveedor columpio" del mundo –
aquél que puede aumentar o disminuir la producción con mayor
facilidad-, ha decidido seguir extrayendo, aún cuando sabe que esa política le perjudica económicamente.
Arabia Saudita, mayor productor y exportador de la OPEP, ha declarado en más de una ocasión que uno de los principales objetivos de esa estrategia- extraña, discutible y poco convenciente- es que los productores de esquisto y petróleo ligero estadounidenses pierdan sus negocios.
Mientras, el mercado mantiene una gran volatilidad, en medio de gran disparidad de previsiones de autoridades, compañías y agencias especializadas sobre el curso que seguirán los precios.
Algunas estimaciones los sitúan entre 60 y 70 dólares el barril a finales de año, y otras los ubican en 40 dólares o menos.