Un líder político de este tiempo debe saber administrarse y hacer planteamientos que estén acordes con una visión estratégica. Y más aún cuando se trata de un líder de la oposición que está enfrentando a un presidente que, como Danilo Medina, está realizando una gestión gubernamental que tiene una alta valoración de la población.
Esta semana, Luis Abinader cometió uno de los errores más graves de su corto ejercicio como líder de la opisición y con ello evidenció, desde mi humilde punto de vista, una absoluta falta de visión estratégica en su campaña presidencial. Ese error fue su declaración de rechazo y condena a la visitas sorpresas del presidente Medina. Al parecer ni Abinader ni sus asesores de campaña midieron con objetividad esas declaraciones y lo que hicieron fue generar un rechazo no solo de los sectores que son beneficiados de esas acciones, sino de todos los sectores conscientes de la sociedad dominicana que ven en las visitas sorpresas de Danilo una de las medidas de política gubernamental de mayor impacto y sentido solidario del actual gobierno.
Las visitas sopresas son parte de la novedad del gobierno y una de las acciones que mayor efecto social producen en la población. El propio presidente ha dicho que las mismas surgieron como una forma de llegar a esos sectores que no tienen posibilidad de accesar al palacio nacional o de que los medios de comunicación le den una primera plana o un reportaje de importancia. Las visitas sorpresas son una efectiva forma de llevar a la práctica esa consigna que sirvió de estandarte a Peña Gómez, el líder histórico de Abinader, de "Primero la Gente". Para Danilo, esa visitas sorpresas son una forma de poner a sectores marginados como centro de la políticas públicas y actores de primer orden de la ayuda directa del gobierno.
Y lo peor de todo es que las críticas del candidato del PRM estuvieron basadas en argumentos muy pobres y sin lógica económica ni política. De acuerdo a Abinader y su equipo agropecuario porque haya problemas en uno de más de 600 compromisos del presidente, las visitas no tienen eficacia. Eso es actuar sin madurez política y con evidente incoherencia estratégica.
Las visitas sopresas de Danilo son una muestra clara de inclusión social y de eficacia gubernamental. Hasta el momento actual se han realizado unas 110 visitas en las cuales se han contraído uno 620 compromisos asumidos por las comunidades. Más de la mitad son proyectos productivos y alrededor del 50% han sido finalizados. El equipo de Abinader no investigó que el presupuesto programado para estos proyectos esde unos 16 mil millones de pesos y que al momento actual ya se ha ejecutado más de la mitad, es decir, unos 8 mil millones de pesos.
Las visitas sorpresas han generado más de 170 mil empleos directos e indirectos y su efecto ha llegado a más de 2.2 millones de personas. Cada comunidad que ha sido visitada por Danilo ha logrado ser impactada de manera directa y ha colocado a sus productores en una ruta diferente en sus vidas. Alrededor de 145 proyectos cooperativos han recibido la mano solidaria del gobierno y unas 142 mil personas están siendo financiadas en sus proyectos de producción con una bajísima tasa de interés de solo un 5% anual.
Las visitas sorpresas de Danilo han sido y seguirán siendo un mecanismo efectivo para reducir los niveles de pobreza, incrementar el empleo rural, financiar con tasas muy bajitas a sectores excluídos de la banca comercial y, sobretodo, dignificar la vida de muchos seres humanos que ningún gobierno ni ningún presidente se había ocupado de ellos.