Por Misael Pérez Montero.
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: “Políticamente, el término "traidor" ha sido usado como un epíteto entre disidentes de un mismo partido o entre miembros de distintos partidos para anular el capital político ajeno. También se recurre, de forma más genérica, a calificar de traidores a funcionarios en el poder que son percibidos como incumplidores de los deberes públicos prescritos por el Estado, con independencia de que se pueda verificar o probar alguna acción traicionera; también son llamados así, aquellos que utilizan a personas o grupos para lograr sus objetivos”.
Dentro de las actividades que a diario el ser humano realiza, por razones a veces inexplicable, hombres y mujeres se despojan de los valiosos conceptos morales y éticos y apelan al desagradable concepto que es propio del ser humano llamado traición con el fin de lograr sus objetivos sin medir consecuencias futuras. Estos denominados traidores, tránsfugas u trepadores, muchas veces deben su habilidad, unos, al medio ambiente en que desarrollan su infancia “la debilidad en el núcleo familiar”, y otros por falta de principios y formación académica.
Lamentablemente nuestro sistema político en República Dominicana no es la excepción de la regla, y dentro de ella encontramos individuos con estas características muy suyas, y acentuadas. Hago memoria y me traslado al pasado cuando en décadas pasadas nuestra sociedad, por falta de interés o ingenuidad, no practicaba la cultura política con el ahínco que hoy lo hace.
En ese entonces y aun en estos momentos, muchos jóvenes, entendíamos que debíamos ser miembro de un partido y comprometernos con sus actividades siempre y cuando se asemejasen a nuestra forma de ser y modus pensantes. Así lo hicimos e inmediatamente pasamos a ser miembro de tal o cual partido e iniciamos una predica en todo mi nuestro entorno. Consistió en “Señalar que la política era el puente necesario entre gobierno-sociedad, y que nosotros éramos los llamados a interconectar esas dos realidades”.
El tiempo pasó, esa creencia murió y lamentablemente el libreto de la política en nuestro país cambio. Haciendo memoria de algunos acontecimientos políticos del 2011 siendo Leonel Fernández Reyna presidente de la República circulaba internamente en los diferentes organismo del PLD la consigna de que si este no podía repetir en la presidencia con una posible reelección, entonces, se debía apoyar a Rafael Alburquerque o en su defecto a la actual vicepresidenta Margarita Ceedeño de Fernández, el cual muchos compañeros inmediatamente nos negamos a tal presunción debido a que entendíamos que; primeramente el compañero Danilo Medina se merecía una oportunidad de demostrar lo que decía y segundo porque existía la posibilidad de que este haga un buen gobierno y como siempre acerté en mis premoniciones políticas.
Un día de esos, en los que sales hacer una cosa y la vida te presenta otra, recibí una llamada de un alto dirigente de la política dominicana en Europa y después de un saludo cordial como es costumbre en su persona, este fue al saco como se dice popularmente y nos hiso una propuesta tentadora, pero no para un hombres y mujeres con unos principios firme como era nuestro caso, el cual optamos por rechazarla al instante.
Fue transcurriendo el tiempo y un equipo de valiosos compañeros que creían en dicho proyecto “Te llevo en el corazón” y posteriormente “De los Mío” estuvo que soportar el maltrato, agresividad y la humillación que sufre todo aquel que enfrenta el poder político. Pero si recibimos de un sector todo lo mencionado anteriormente; peor ha sido el maltrato al que nos han sometido aquellos que supuestamente nos representaban en Europa, especialmente en España.
Pero que se puede esperar de tránsfuga, de persona que hasta ayer representaban a otros partidos, que ingresaron con la apertura del PLD, de personas que abrazaron proyectos y movimientos internamente Leonelistas y abandonaron esa causa al no ser tomados en cuenta en puestos públicos, pasando a formal filas en el Danilismo.
Simpatizantes, amigos y militantes peledeistas en toda Europa cuidado a quien da tu apoyo, ya que este puede, a posteriori, convertirse en un alma letal para atacar y maltratar a los verdaderos compañeros del partido. Pido la palabra y con ella me declaro culpable de haber abrazado causas que realmente no han servido para nada, confieso que en el ir y venir de la política he pecado de ingenuo; pero el hombre no está exento de errores.
Digo que todo hombre, por inteligencia natural, una vez subsanado un error jamás debe seguir cometiendo el mismo o seguir apoyando gente oportunista y trepadora. Termino con la célebre frase del filoso griego a modo de persuasión. Dijo Terencio “soy hombre; nada humano me es ajeno”.