Por Horacio Nolasco.- Alex Rodrìguez ha estado durante todo el 2015 como la fuerza principal del conjunto de los Yankees de New York, asumiendo la posiciòn de nuevo lìder del conjunto.
En Seattle fue el actor secundario de una estrella llamada Ken Griffey Jr, en New York fue la sombra de uno de los jugadores màs emblemàticos de los ùltimos 50 años, el sin par Derek Jeter. No siempre el jugador con mejores registros ofensivos es el lìder de un conjunto. Para llegar a ese nivel hay que entregarse al màximo, aconsejar a los màs jòvenes y ganarse el respeto entre los jugadores que componen el roster.
Cuando el dominican york iniciò los entrenamientos, incluso fue abucheado por los propios fanàticos Yankees, la dialèctica sobre Alex giraba alrededor de sus registros ofensivos, cuantos jonrones podìa conectar, su retorno tras un año fuera, si estaba en forma y asì por el estilo.
Pocos pensaron que por vez primera en su carrera Alex Rodrìguez asumirìa un rol protagònico, no como estrella, màs bien como lìder del conjunto màs emblemàtico del juego, tras la partida del ùnico jugador con la prosapia de las grandes leyendas en la historia de los Yankees: Derek Jeter.
No imaginàbamos que ese padre de dos preciosas niñas, pero convertido en un demonio en el amplio sentido de la palabra en sus ùltimos años, serìa la voz cantante, el ejemplo a seguir en la cueva de los Yankees. Ha llenado las expectativas en cuanto a registros ofensivos, no obstante sus 40 años cumplidos y como dije anteriormente con màs de un año fuera de actividad y montado en el caballo de la parranda y la sinvergüenzerìa.