Washington, 22 sep (PL) Políticos y algunos de los 14 concursantes para obtener la boleta republicana a las elecciones presidenciales de 2016 fuerzan la salida del multimillonario Donald Trump de la campaña, estiman hoy analistas políticos.
Este lunes tras anunciar su retiro de la liza Scott Walker, gobernador de Wisconsin, exhortó a otros precandidatos republicanos a seguir su ejemplo para que los votantes puedan concentrarse en un número limitado de figuras que puedan presentar una alternativa conservadora positiva al actual favorito, en alusión a Trump.
Las declaraciones de Walker están en consonancia con los planteamientos del exgobernador de Texas Rick Perry, para quien el magnate inmobiliario se convirtió en un cáncer para los conservadores en el país que debía ser eliminado.
Pese a su aureola de ganador y ser considerado un favorito precompetencia, con una de las más exitosas campañas de recaudación de fondos de su partido, con un puñado de multimillonarios en su esquina y decenas de millones de dólares detrás de sus ambiciones presidenciales, Walker dio por terminado su empeño, pese a que algunos analistas dicen fue muy apresurado.
Ahora, varias campañas, incluida la de Jeb Bush, exgobernador de Florida, están enfrascadas en ganar el apoyo de los seguidores del renunciante en Iowa, cuyos caucus marcarán la salida de las primarias en el país.
Tras enterarse de la renuncia, un alicaído Bush, aún favorito de la vieja guardia del partido, elogió a Walker y pidió el apoyo de sus seguidores aunque cada vez se hunde más en los sondeos.
En la actualidad la puja republicana es comandada por el magnate inmobiliario Donald Trump, seguido de la exconsejera delegada de Hewlett-Packard Carly Fiorina y el neurocirujano retirado Ben Carson, según la más reciente encuesta divulgada el lunes por la cadena CNN.
En este escenario llama la atención que a ninguno de los tres se le conoce una experiencia previa en el sector público, a no ser un intento de Fiorina de hacerse de una butaca en el Senado cuando aspiró en 2010 contra la demócrata Barbara Boxer y pese a un gasto millonario perdió por 10 puntos.
Al parecer hay temor en la cúpula republicana que alguien de fuera de Washington pueda ganar las primarias partidista, y menos aún Trump, quien pese a firmar un compromiso con el Comité Nacional Republicano de no aceptar correr como una tercera opción pudiera moverse en esa dirección si se siente acorralado por sus colegas.