La Habana, 23 sep (PL) Aún sin suponer un acuerdo final, la creación de una Jurisdicción Especial para la Paz rubricada hoy por el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC-EP afianza el sendero para poner fin al conflicto armado en Colombia.
Tras más de un año discutiendo el punto de las víctimas, para muchos el más complejo de la agenda de cinco puntos, la firma de este acuerdo se concretó con la presencia por primera vez en los diálogos del presidente Juan Manuel Santos, y el máximo líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Timoleón Jiménez.
En la ceremonia de la Mesa de Conversaciones para la Paz en Colombia, a la que también asistió el presidente cubano, Raúl Castro, las partes anunciaron en un comunicado conjunto los beneficios de esta iniciativa, que supone un punto irreversible y de no retorno hacia el fin del conflicto.
El acuerdo establece los mecanismos para la aplicación de justicia tras lograr la firma de la paz, e incluye, entre otras cosas, la creación de un tribunal especial para la paz y el otorgamiento por parte del Estado "de la amnistía más amplia posible por delitos políticos y conexos".
De acuerdo con lo pactado, el tribunal contará con Salas de Justicia y con un Tribunal para la Paz, puntualiza el texto. Las Salas estarán integradas principalmente por magistrados colombianos, y contarán con una participación minoritaria de extranjeros que cumplan los más altos requisitos.
La Jurisdicción contempla dos tipos de procedimientos: uno para quienes reconocen verdad y responsabilidad, y otro para quienes no lo hacen o lo hacen tardíamente.
A los primeros se les impondrá una sentencia, fundada en las conductas reconocidas después de haber sido contrastadas las investigaciones de la Fiscalía General de la Nación. Los segundos enfrentarán un juicio contradictorio ante el Tribunal.
Durante su intervención, que transcurrió en el salón de protocolo de Cubanacán, al oeste de la capital, el presidente Santos hizo también otro anuncio importante: el 23 de marzo de 2016 será la fecha límite para firmar la paz, lo cual, dijo, es algo posible y está más cerca que nunca.
A más tardar ese día le estaremos dando un adiós definitivo a la última y más larga guerra acontecida en Colombia y en toda América Latina, dijo.
Por su parte Timoleón Jiménez convocó a los colombianos a la unidad para lograr la paz definitiva y aunar esfuerzos en aras de neutralizar el odio.
Haremos todo lo que este de nuestra parte. Estamos dispuestos, pero si toda la sociedad se unifica alrededor de este objetivo, creo que antes de los seis meses le daremos al país esa buena noticia, apuntó.
El presidente cubano, Raúl Castro, presente también en la ceremonia, felicitó a ambas partes y destacó la importancia de este acuerdo. Estamos ahora más cerca de lograr la paz que tanto anhela y merece el hermano pueblo colombiano, apuntó.
Han sido 41 ciclos de trabajo, con avances y momentos de tensiones, pero con un propósito firme: lograr poner punto final a un conflicto que ha desangrado durante más de 50 años al país, sobre todo en los campos, donde se hace muy visible las desigualdades sociales del país.
Las víctimas han estado en el centro de atención de los diálogos desde su comienzo en diferentes foros sociales donde muchas de ellas, en su mayoría mujeres, han abogado por justicia, verdad, garantías de no repetición, y programas de atención psicosocial a menores afectados por la violencia.
En el foro realizado el pasado año en Cali, Villavicencio (Meta) y Barrancabermeja (Santander), cuyas propuestas fueron enviadas a la mesa, los mayores afectados por la guerra, insistieron, por sobre todo, en la reconciliación, un sueño que ven hoy más cercano.