El Papa Francisco ya es un hombre de la historia contemporánea y en su exitoso periplo por Cuba y Estados Unidos fortaleció su inmensa credibilidad y aceptación entre los pueblos del mundo. Un ave de paz que nos trajo amor, alegría, optimismo y reflexión en cada una de sus intervenciones orientadas a reconstruir un mundo de justicia.
Sus habilidades para comunicar quedaron de manifiesto por el entusiasmo y fervor que ocasionaron sus palabras entre los católicos y no católicos que abarrotaron los distintos templos, plazoletas y lugares a los que acudió.
El histórico discurso pronunciado en el Congreso de los Estados Unidos en Washington, no tan solo arrancó lágrimas entre algunos de los legisladores presentes sino que ha puesto a pensar a quienes vienen destruyendo el mundo las terribles consecuencias que ello generaría.
En su apretada agenda en América abordó temas de dimensiones universales como la protección de los inmigrantes; la familia, contaminación ambiental, el aborto, la exclusión social, la urgente necesidad de la aplicación de un nuevo modelo que garantice bienestar económico y social a los más desamparados, el combate al cambio climático, eliminación de las armas nucleares, el terrorismo, contra la pena de muerte y las amenazas del surgimiento de un conflicto a escala mundial que podría convertir en un exterminio a la raza humana.
Estando en la ciudad de Orlando, Florida, pude ser testigo del impacto que produjo a la población norteamericana la presencia del Papa Francisco y los comentarios positivos por el cálido recibimiento del presidente Barack Obama y su esposa Michel Obama.
Francisco hizo una advertencia sobre las consecuencias políticas y sociales que generaría la cultura de la indiferencia ante los graves problemas económicos y sociales que afronta una mayoría de la población del planeta.
En una agotada agenda de nueve días visitó las ciudades de La Habana, Santiago de Cuba, Holguín así como Washington, Nueva York y Filadelfia, entrando en contactos con diversos sectores sociales y llevando palabras de aliento ante los enormes retos y dificultades que afronta la humanidad.
Discurso Histórico
La oratoria papal ante los miembros del congreso de la primera potencia económica del mundo no tan solo fue un magnifico encuentro con la historia sino una poderosa y penetrante pieza revertida de sensibles fibras sociales y humanas, a tal punto de arrancar lágrimas a representantes políticos de las elites empresariales, industriales y de las transnacionales estadounidenses.
Francisco estremeció con sus reflexiones a la derecha estadounidense haciéndole ver que serian responsables de la desestabilización del mundo por los inmensos problemas y adversidades sociales existentes. Y criticó abiertamente la actual economía de mercado que entiende contribuye a empobrecer aún más a la ciudadanía.
“Todos conocemos y estamos sumamente preocupados por la inquietante situación social y política de nuestro tiempo. El mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión. Somos conscientes de que ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico. Esto nos urge a estar atentos frente a cualquier tipo de fundamentalismo de índole religiosa o del tipo que fuere. Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar”, expuso el Papa Francisco.
El Pontífice recordó que la política debe estar al servicio del bien colectivo para que así la persona alcance su integridad y dignidad en la sociedad.
“El reto que tenemos que afrontar hoy nos pide una renovación del espíritu de colaboración que ha producido tanto bien a lo largo de la historia de los Estados Unidos. La complejidad, la gravedad y la urgencia de tal desafío exige poner en común los recursos y los talentos que poseemos y empeñarnos en sostenernos mutuamente, respetando las diferencias y las convicciones de conciencia”, sentenció.
Francisco se convirtió en el primer Papa que habla a los integrantes de las dos cámaras legislativas de Estados Unidos.
La exclusión económica advirtió el máximo representante del catolicismo universal es una negación total de la fraternidad.
También en la ONU
Y cuando se dirigió a los jefes de Estados y de Gobiernos reunidos en la sede de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, fue severamente crítico contra “los sistemas que someten a la población a pobreza”.
En ese contexto formuló un llamado a limitar “todo tipo de abuso y usura” por los grupos financieros mundiales.
Martes, 29 de septiembre del 2015