Ciudad del Vaticano, 30 de septiembre de 2015 (Vis).-El Papa Francisco en un relato sobre su viaje a Cuba expresó que el camino de los jóvenes cubanos es buscar la libertad con dignidad.
El pontífice dijo que se había presentado en Cuba, una tierra rica en belleza natural, cultura y fe, como "Misionero de la Misericordia". El Santo Padre habló en la catequesis de la audiencia general de los miércoles que se desarrolló en la Plaza de San Pedro.
"La misericordia de Dios -dijo- es mayor que cualquier herida, que cualquier conflicto, que cualquier ideología; y con esta mirada de misericordia he abrazado a todo el pueblo cubano, en su patria y fuera de ella , más allá de toda división", expresó.
Destacó que símbolo de esta unidad profunda del alma cubana es la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, Madre de esperanza, que guía en el camino de justicia, de paz, libertad y reconciliación.
"Pude compartir con el pueblo cubano la esperanza del cumplimiento de la profecía de San Juan Pablo II: "Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba", dijo el Santo Padre.
"No más cierres, no más explotación de la pobreza, sino libertad con dignidad. Es el camino que hace latir los corazones de muchos jóvenes cubanos. Un camino que encuentra su fuerza en las raíces cristianas de ese pueblo, que ha sufrido tanto" dijo.
De Cuba a Estados Unidos de América. "Un paso emblemático, un puente que gracias a Dios se está reconstruyendo",comentó Francisco añadiendo que "Dios siempre quiere construir puentes; somos nosotros los que construimos muros. Pero los muros se derrumban siempre".
Después habló de las tres etapas de su viaje en Estados Unidos: Washington, Nueva York y Filadelfia. En Washington, donde encontró a las autoridades políticas, pero también al clero, a la gente común y los pobres y marginados, recordó que la mayor riqueza de ese país y de sus gentes era "su patrimonio espiritual y ético.
Por eso -señaló- quise animarles a proseguir la construcción social siendo fieles a su principio fundamental: Todos los hombres son creados iguales por Dios y dotados de derechos inalienables como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Estos valores, compartidos por todos, encuentran en el Evangelio su cumplimiento, como evidenció muy bien la canonización de Fray Junípero Serra, franciscano, gran evangelizador de California. San Junípero muestra el camino de la alegría: ir y compartir con los demás el amor de Cristo. Este es el camino del cristiano, pero también el de todos los hombres que han conocido el amor: No tenerlo solo para uno mismo, sino compartirlo con los demás. Sobre esta base religiosa y moral nacieron y crecieron los Estados Unidos de América, y sobre esta base pueden seguir siendo una tierra de libertad y de acogida y cooperar en un mundo más justo y fraterno".