En el transcurrir de los cincuenta, sesenta, setenta y aún en la década del ochenta la juventud estudiosa del mundo y de manera particular de América Latina, quedó notablemente marcada por las influencias de extraordinarios pensadores marxistas y pro capitalistas entre ellos historiadores, politólogos, economistas, poetas y otros escritores de los más diversos géneros del pensamiento humano quienes con sabiduría e inteligencia dejaron un legado difícil de superar.
Sus ideas y enfoques sobre los más diversos tópicos del quehacer económico, social y cultural nos marcaron para siempre de una forma u otra. En consecuencia, nadie podrá borrar de la médula de la historia las teorías sobre la productividad y el proletariado de Mao Tse Tung; las convicciones funcionalistas y estructuralistas de William James, Emile Durkheim, Talcott Parsons, Herbert Spencer y Robert Merton.
El conservadurismo y ley natural de John Locke así como el surgimiento a finales del siglo XIX del pensamiento liberal-conservador de Cánovas dirigido al establecimiento de una Monarquía constitucional fueron aportes significativos para la humanidad.
Margaret Thatcher, quien murió el 8 de abril del 2013 a sus 87 años, fue una prominente representante del conservadurismo moderno y quien ejerció como Primera Ministra de Inglaterra. Fue la primera mujer en ejercer esa posición en Gran Bretaña en 1979 y permaneció durante once años habiéndose ganado el título de la “Dama de Hierro” por la adopción de políticas ultraconservadoras contra los sindicatos en Inglaterra y su firme oposición ante la Unión Soviética.
El Capital de Carlos Max y el inolvidable Materialismo Histórico de la socióloga chilena Marta Harnecker, ambos textos de una difusión y dimensión universal.
¿Les importa a los jóvenes de hoy leer y conocer esas obras en momento en que chatear por el celular ocupa su mayor atención?
El Libro, una gran bendición
Los profesores de universidades y centros escolares estamos obligados a recomendarles la buena lectura, esenciales para su formación profesional. Eso precisamente, trato de hacer en la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Dominicana 0YM, donde imparto docencia hace ya veinte años.
Mi generación del bachillerato en el liceo Gastón Fernando Deligne de San Pedro de Macorís, no puede olvidar aquellos encendidos debates que provocaban la lectura del Materialismo Histórico y las insuperables creaciones filosóficas de Aristóteles y Platón.
Y ya en las aulas de la Universidad Central del Este (UCE) “Crónica de una muerte anunciada” del colombiano y Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez; el informe MacBride, documento de la UNESCO publicado en 1980 y en el que plantea la necesidad de un Nuevo Orden Mundial de la Información y de la Comunicación.
La humanidad trataba de reincorporarse y superar el terrible trauma causado por dos conflictos bélicos mundiales cuyas intensidades y secuelas destructivas todavía golpeaban significativamente el cerebro de los jóvenes que soñaban con una sociedad más justa y equitativa.
Producto de la primera guerra mundial escenificada entre 1914-1918 y de la segunda 1936-1945 que devastó significativamente a Europa, el flujo migratorio de prominentes intelectuales hacia el Continente Americano fue profuso y de notable provecho para nuestros pueblos.
Auténticos creadores y valiosos técnicos del viejo continente se instalaron mayormente en Argentina; Brasil, Uruguay, Estados Unidos, Colombia, Canadá, República Dominicana, Cuba entre otros países de la región.
Y los libros del gran poeta chileno Pablo Neruda entre éstos “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”; “Canto general”, “los Versos del capitán” y “Residencia en la tierra” contribuyeron a fomentar la convivencia social, a reflexionar, a creer en el amor y a crear un espacio de fe en medio de la tormenta.
Los Inmigrantes
¿Qué significó en la práctica el aporte de esos inmigrantes europeos que abandonaron sus tierras huyendo de la guerra y destrucción?
Los conocimientos y habilidades que poseían fueron incorporados al comercio, industria y centros de enseñanza de esos países de América.
Argentina y Brasil fueron los principales receptores de inmigrantes portugueses, españoles, alemanes e italianos.
Ese flujo de migrantes contribuyó al aumento poblacional de la región. Entre 1869 y 1960 la población Argentina creció doce veces y la de Brasil seis.
Tanto en República Dominicana como en Cuba el cultivo y la industrialización del azúcar se modernizaron hacia finales del siglo XIX cuando fueron introducidas las máquinas de vapor y se procedió a reorganizar las centrales azucareras.
Entonces se inicia una nueva era en estas hermosas tierras del Continente Americano en ocasiones muy amarga y en otra algo dulce.
Lunes, 12 de octubre 2015