Cuando se recorre la atestada ciudad de Santo Domingo hoy, el único servicio seguro y confiable para el ciudadano es el Sistema de Seguridad 911. Es rápido y eficaz.
En dos ocasiones me he encontrado con accidentes en las vías y he comprobado lo que acabo de decir. He llamado para reportarlos y ya varias personas lo han hecho primero,
La facilidad de llamar del ciudadano para solicitarlo se combina con una recepción muy atenta del que recibe las llamadas, que lo hace con un verdadero espíritu de servir en medio de la emergencia.
Pero más reconfortante es comprobar el entusiasmo del personal que acude al lugar del accidente a dar el servicio. Muestra una particular disposición en auxiliar a las víctimas, lo que en realidad hace que uno se sienta orgulloso de su dominicanidad.
No sé cuántas vidas ha salvado el 911 desde que fuera creado por el Gobierno del presidente Danilo Medina, pero sospecho que deben de ser decenas los que hoy la están contando gracia al mismo. Esto contrasta con el pasado, donde pedir un servicio de emergencia era como mandar a buscar a muerte.
El Sistema 911, junto al Plan de Alfabetización Quiqueya Aprende Contigo, muestra el rostro más humano de la actual gestión de gobierno, y que no dudo le abonen más simpatía al ciudadano presidente Danilo Medina.
El desvelo que uno advierte en el Ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, para que este servicio funcione y se conozcan de su resultados es más que razonable. Salvar una y otra vida es un desafío cotidiano desde el 911 y lograrlo, supongo, provoca un desbordante entusiasmo en quienes lo hace posible.
La ciudadanía debe valorar y defender este especial servicio de seguridad ciudadana, y pedir que el mismo sea extendido a nivel nacional, porque si algo bueno tiene es que no está sujeto a manipulaciones de la burocracia, en especial de aquella que quiere convertir cada acción del Estado en un negocio particular.