SANTIAGO.- La Iglesia Católica en esta ciudad definió como “oportuna” la reunión sostenida el pasado martes por los presidentes Danilo Medina y Michel Martelly, pero abogó porque sean respetados los acuerdos arribados al final de ese encuentro, celebrado en la ciudad de Barahona.
Por igual, saludó el encuentro sostenido por obispos dominicanos y haitianos, quienes se reunieron esta semana en la noroestana ciudad de Mao, en el que se analizaron los inconvenientes que afectan las relaciones entre ambos países.
Las apreciaciones están contenidas en el editorial que formará parte de la edición del próximo domingo del semanario Camino, titulado “Bello Ejemplo”, en el que estima que “es hora de dialogar despojándose de prejuicios y ofensas para trabajar en busca de la justicia”.
Con relación a la reunión de los presidentes Medina y Martelly, el rotativo precisa que hay que destacar que llega en un momento oportuno “para evitar que sigamos alimentando el desencuentro y el odio, cuando lo esencial es aprender a convivir con respeto”.
Indica Camino que se debe seguir buscando alternativas que permitan a cada nación crecer trabajando por los más pobres que están aquí y allá, sin injerencias foráneas que muchas veces lo que buscan es protagonismo.
“Hay que abogar para que se respeten los acuerdos firmados; que prime la sensatez entre las autoridades del vecino país y el nuestro y que ningún interés particular esté por encima de la legítima aspiración de los habitantes de cada país que anhelan tener una vida digna”, puntualiza.
Respecto al encuentro de obispos haitianos y dominicanos realizado el martes y miércoles de esta semana en Mao, Camino dice esperar que sirva de ejemplo a los sectores políticos inmersos en las relaciones de Haití y República Dominicana “para que comprendan que juntos podemos encontrar salidas esperanzadoras a los problemas que padecen ambas naciones”.
Recuerda que en el caso de la Iglesia “es normal que nuestros pastores se encuentren para planificar acciones pastorales, también para buscar salidas a situaciones tensas entre comunidades y pueblos donde se pone en juego la dignidad humana”.
“Se trabaja sin buscar aplausos, promoviendo el bien común y sabiendo que somos hijos de un mismo padre”, puntualiza Camino en su editorial de este domingo.
Y termina diciendo que “es hora de dialogar despojándose de prejuicios y ofensas para trabajar en busca de la justicia; y como dice el Papa Francisco: No nos dejemos robar la esperanza y la alegría que brota de la experiencia de la Misericordia de Dios, que se manifiesta en las personas que encontramos a lo largo del camino”.