El ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, ingeniero Temístocles Montás, afirmó que la decisión de la República Dominicana de hacer la apertura comercial y procurar la integración regional en los años noventa, ha posibilitado notables avances para atraer inversión, diversificar la producción y las exportaciones y mejorar el empleo.
Al exponer en el seminario internacional “Los signos de los nuevos tiempos y los procesos de integración en Centroamérica y el Caribe”, que se celebra en Santo Domingo, Montás dijo que a pesar de los desafíos, con la apertura y la integración, en el país se han realizado importantes reformas y el clima de inversión es más propicio para el crecimiento sostenido.
Entre las mejoras, el titular del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) citó el hecho de que “la matriz productiva es más competitiva, la estructura exportadora es más diversificada, hay más y mejores empleos y muchos de los logros económicos y sociales que exhibimos se explican en parte por la adopción de la integración y la apertura comercial como estrategia”.
En su ponencia, titulada “Los procesos de integración económica en América Latina y el Caribe: dónde estamos y lecciones aprendidas”, Montás hizo un amplio recorrido por la experiencia internacional de procesos de integración y destacó que en todos los casos lo que se procura es adoptar “una estrategia orientada a apuntalar el crecimiento económico”.
Montás habló ante un escenario integrado por representantes de los diversos países del Caribe y Centroamérica, entre ellos Fred Brutus, ex jefe de gabinete del Primer Ministro de Haití y actual candidato presidencial; Miguel Mejía, Ministro de Estado para la Integración; del senador Luis Fernando Duque, Presidente del PARLANDINO y de Armando Bardales, Presidente del PARLACEN, informó la Unidad de Comunicaciones del Ministerio de Economía.
Los acuerdos vigentes de República Dominicana
Explicó que la República Dominicana tiene vigentes al día de hoy cinco acuerdos comerciales, incluyendo uno con los Estados Unidos, el principal socio comercial, así como otro de asociación económica con la Unión Europea y los países miembros del CARIFORO, que entró en vigencia el 1° de enero de 2009.
Precisó que estos acuerdos coexisten con el convenio que firmó la República Dominicana con los países de la Comunidad del Caribe (CARICOM). También, la República Dominicana tiene un acuerdo comercial con los países de Centroamérica, que coexiste con el acuerdo que firmó con los Estados Unidos y Centroamérica, más conocido como DR-CAFTA.
Además, dijo Montás, la República Dominicana también mantiene un acuerdo de cobertura parcial con Panamá que otorga preferencias arancelarias a un número limitado de productos.
Agregó que para el año 2013 el comercio de la República Dominicana con los países con los que tiene acuerdos representaban alrededor del 62% de su comercio total, captando los Estados Unidos el 40% de ese comercio.
Montás señaló que al momento de la firma del DR-CAFTA, República Dominicana tenía “acceso preferencial al mercado de los Estados Unidos para la gran mayoría de sus exportaciones. Este acceso, sin embargo, se basaba en una concesión unilateral y contaba, a su vez, con limitaciones relacionadas con las normativas de origen (procesos productivos que deben cumplirse para fines de gozar de las preferencias)”.
Igualmente, el titular del MEPyD dijo que previo al DR-CAFTA, el 92% de las exportaciones dominicanas a los Estados Unidos entraban libre de aranceles.
“La tasa arancelaria efectiva era de apenas 1.1%, concentrándose los gravámenes en una serie de confecciones textiles. En cambio, la tasa arancelaria promedio aplicada por la República Dominicana a los productos norteamericanos era de 8.5%, que al sumársele el 13% de Comisión Cambiaria, superaba el 21%, mientras que para los productos terminados alcanzaba el 43%”, informó Montás.
Significó que bajo el DR-CAFTA se acordaron incrementos de acceso comerciales en las áreas de bienes, servicios, inversiones, propiedad intelectual y compras gubernamentales que precisaron de “nuevas normativas y modificaciones de leyes que otorgaban mayor seguridad jurídica y certidumbre a los agentes económicos”.
Montás señaló que en términos de bienes, la República Dominicana se comprometió a liberalizar el 100% de sus gravámenes arancelarios para los productos industriales en un periodo no mayor a 10 años que venció el pasado 1° de enero de 2015.
La liberización arancelaria para los productos agrícolas y agroindustriales se fijó el plazo máximo fue de 15 años, desmontándose gradualmente hasta el 1° de enero de 2020, en tanto que “para un grupo muy limitado de productos agrícolas el plazo fue de 20 años (arroz, muslos de pollo, algunos productos lácteos y otros)”, apuntó el Ministro.
Cambios productivos e incremento de valor de las exportaciones.
Al examinar los cambios productivos como resultado de los acuerdos comerciales, Montás señaló que al inicio de las negociaciones del DR-CAFTA en el año 2003, el 47% de las exportaciones dominicanas a los Estados Unidos se concentraban en textiles; en la actualidad apenas representan un 15%.
“Esta importante merma ha afectado tanto los niveles de exportación como el saldo comercial. Sin embargo, esto es reflejo de algo positivo: diversificación productiva y el peso creciente de exportaciones de manufacturas de mayor valor agregado y contenido tecnológico”, precisó el Ministro.
Aseguró que la República Dominicana ha tenido avances notables en términos de reestructuración de su matriz productiva, lo que se demuestra en el marco del DR-CAFTA, pues el país “ha reducido su dependencia en textiles y su matriz se encuentra mejor balanceada en productos industriales”, entre los que citó textiles, instrumentos médicos, equipos electrónicos, calzados, joyería y productos del sector agrícola (principalmente cigarros).
Coproducción con Haití
Destacó que la República Dominicana fue el único país del DR-CAFTA que legalmente logró mantener esquemas de coproducción con Haití, bajo el programa de acceso preferencial a los Estados Unidos del CBTPA (Iniciativa de la Cuenca del Caribe).
Agregó que posteriormente (en 2006), Estados Unidos aprobó la iniciativa HOPE (Haitian Hemispheric Opportunity through Partnership Encouragement Act), la cual fortaleció estos elementos de coproducción entre Haití y la República Dominicana.
Al respecto, Montás informó que el 88% de las exportaciones de Haití se concentra en confecciones textiles, destinadas prácticamente en su totalidad a los Estados Unidos, en tanto que las exportaciones dominicanas hacia Haití se estiman en unos US$400 millones, y están destinadas principalmente a la industrial textil, siendo República Dominicana el principal suplidor de insumos en este sector.
Montás concluyó asegurando que la República Dominicana se ha beneficiado de la apertura comercial y de su integración a esquemas regionales, en particular del DR-CAFTA; pero no en la magnitud esperada.
“El desafío es lograr que la creación de un mejor clima de inversión y las mejoras de su competitividad se expresen en mayores y mejores inversiones, que impacten con mayor efectividad el crecimiento inclusivo y la creación de empleos de calidad”, puntualizó el Ministro.
Apertura e integración son ineludibles
Consideró ineludibles la apertura comercial y la creación de bloques de integración regional “para avanzar en la creación de sociedades prósperas, con crecimiento económico sostenido e inclusivo y con creación de empleos de calidad”.
Al examinar el panorama de la integración en América Latina y el Caribe, Montás dijo que pese a la complejidad del proceso, tendrá que seguir adelante por “su invaluable aporte al logro del propósito común: el bienestar para nuestras sociedades”.
Entre las dificultades, Montás citó la reciente aparición en el escenario de la Alianza del Pacifico, (que involucra a México, Colombia, Perú y Chile) en la medida en que con esa Alianza se agranda la diversidad de los esquemas de integración existentes.
Otro factor es que México y Brasil son las mayores economías y en función de eso deberían encabezar los esfuerzos por lograr una integración plena, pero no es así porque México apuesta a la Alianza del Pacifico y Brasil al MERCOSUR.