Washington, 26 oct (PL) La ofensiva del Kansas City Royals encara su segunda Serie Mundial al hilo sin miedo a los misiles del New York Mets, con pitchers que lanzan más de 95 millas por hora.
Según varios campeones de la Liga Nacional citados por el portal de las Grandes Ligas, el objetivo es chocar la bola y ponerla en movimiento, algo que saben hacer contra pitchers poderosos.
De acuerdo con la web baseballsavant.com, los Royals batean para .284 contra lanzadores que superan las 95 millas, son el equipo que menos se poncha (973) y promedia 4.47 carreras por partido.
"Parece que los tipos que lanzan más lento y dibujan las esquinas nos dan más problemas", comenta al respecto el jardinero central Lorenzo Cain, un criterio secundado por el manager Ned Yost.
Amén de su buena ofensiva, la novena neoyorquina apuesta para la Serie Mundial a los brazos de Matt Harvey, Jacob deGrom y Noah Syndergaard, que lideran la liga en lanzamientos rápidos combinados.
Sin embargo, se enfrentarán desde mañana a una alineación que rompe con los mandamientos de la sabermétrica, negocia pocos boletos y sale a chocar todo lanzamiento que parezca bueno.
"Poner la bola en juego nos permite explotar nuestro atleticismo, no hacemos swing para jonrones, nos creamos oportunidades chocando la bola", acotó Yost.
La discusión del título de las Grandes Ligas comenzará mañana en Kansas City, cuya franquicia accedió a la Serie Mundial tras impedir una remontada del Toronto Blue Jays.
Frente tendrá a los Mets, de regreso en esta fase desde aquella Subway-Series que ganaron los Yankees en el 2000, y que llega tras barrer al Chicago Cubs, que no disputa un título hace 107 años.
Royals y Mets solo han jugado nueve partidos interligas, con ventaja 5-4 para Kansas City, que dominó la última serie particular entre ambos, en 2013.
Kansas ganó su única Serie Mundial en 1985, y al siguiente año se coronaron los Mets, tras la famosa pidia de Bill Buckner, primera base del Boston Red Sox que dejó ir una roleta entre las piernas.
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