La lectura, la música y los idiomas conjuntamente con las prácticas deportivas, constituyen los elementos claves en la reorganización que debe hacerse en la jornada escolar extendida.
La lectura, porque quien lee comprende, amplía su visión, capacidad de análisis y acervo cultural.
La música porque si la desarrollamos con profundidad igualmente se desarrollan en los niños la disposición para aprender matemática. Los grandes músicos casi siempre están vinculados en algún momento con la matemática.
Los idiomas, porque para no convertirte en un analfabeta funcional, además de tu propio idioma, debes manejar otros y a sabiendas de que lo hemos formulado en el currículo hace muchos años.
Y, las prácticas deportivas que contribuyen al desarrollo integral de los alumnos y las alumnas, además aleja a los jóvenes de los vicios.
¿Por qué no entonces formamos bibliotecas con todas las obras variadas y hacemos que los alumnos las lean, comenten y hagan intercambios entre ellos como parte de un proceso de socialización?
¿Por qué no crear coros, enseñar a tocar instrumentos musicales como guitarra, piano, violín, flauta, conformar grupos de baile, de teatro, poesía?
¿Por qué no formar grupos en las distintas disciplinas deportivas como básquet, voleibol, bádminton, fútbol, ajedrez, béisbol?
Si hacemos todas estas cosas y otras iniciativas más, podemos asegurar que los resultados serán excelentes y tendremos jóvenes con visión integral, diferentes, sanos en cuerpo y alma y preparados para dar el siguiente paso. Dejemos de improvisar, botemos el miedo y cojamos nuestras tijeras y hagamos todos los cortes que sean necesarios. Sencillamente es la mejor forma de comenzar a hacer todas las transformaciones y cambios que debemos ejecutar en nuestro sistema educativo.
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Un hombre sabio se procurará más oportunidades de las que se le presentan. Francis Bacon
Prof. Nelly Amador