Agencias rusa comienzan a aceptar que es posible que el avión A321 haya sido derribado, o que una bomba haya sido colocada en el vuelo y estallara en el aire. La información coincide con la declaración del presidente de Rusia, Vladimir Putin e torno de advertencia, de que a esa nación no la intimida nadie.
Aceptar el derribo por parte del Estado Islámico sería un trago amargo para las autoridades rusa, pues representaría un revés en su proclamada incursión en la crisis de Siria, donde ha estado bombardeando a opositores del regimen de esa nación árabe, muy en especial a grupo islamistas Estado Islámico.
El tipo de daño sufrido por los cuerpos de los pasajeros del avión A321 siniestrado en Egipto el 31 de octubre, puede indicar que la explosión a bordo de la aeronave se produjo antes de chocar contra la tierra, informa Ria Novosti citando a una fuente médica.
La cadena RT ha informado del avance de las investigaciones en relación al avión siniestrado en el que se comenta: "La gran parte de fragmentos separados de los cuerpos puede indicar que una fuerte explosión ocurrió a bordo antes del choque con la tierra", ha expresado un médico forense egipcio que ha participado en la inspección, ha informado Ria Novosti.
Asimismo, la fuente ha señalado que, dado el estado en el que se encuentra la mayoría de los cuerpos, para su identificación puede ser necesario un análisis de ADN.
Anteriormente se informó que un satélite infrarrojo estadounidense detectó una explosión térmica sobre el Sinaí en el momento en que se cayó el avión ruso, la cual podría haberse producido por un estallido en un depósito de combustible o en el motor, como consecuencia de un fallo mecánico, pero también podría haberse tratado de una bomba.
El avión A321 de la compañía aérea Metrojet, que realizaba el vuelo 9268 de Sharm el Sheij a San Petersburgo, se estrelló el 31 de octubre en el norte de la península egipcia del Sinaí menos de media hora después del despegue. La tragedia se cobró la vida de los 217 pasajeros y los 7 miembros de la tripulación.