Hanoi (PL) Desde hace algunos años expertos y estadistas vaticinan que para 2025 entre dos y cuatro millones de hombres con edad de casarse en Vietnam tendrán dificultades para encontrar cónyuges, de mantenerse el aumento del desequilibrio de género.
Por Teresita Vives Romero
Según datos oficiales, la proporción de varones al nacer aumentó de 106.2 en 2000 a 112,2 en 2014, por cada 100 hembras.
En diciembre pasado, Nguyen Van Tan, vicejefe del Departamento de Población y Planificación Familiar de Vietnam (DPPF), reveló que 2015 sería el último año para mantener la población nacional por debajo de 93 millones de personas, con un crecimiento promedio anual de un uno por ciento y una tasa de fecundidad de 1,9 (en 2014 fue de 1,85 infantes nacidos/mujer).
También previó para este año un nivel de seguridad en los métodos anticonceptivos modernos de un 70 por ciento y 113 hijos por cada 100 hijas, como parte de la estrategia de población y salud reproductiva de 2011 a 2020.
Organismos internacionales advierten que la diferencia demográfica, presente a nivel global -el ratio normal de nacimientos en todo el mundo es de 103 a 107 niños por cada 100 chicas- traerá consecuencias sociales graves como el incremento del tráfico de mujeres y de la prostitución, y migraciones masivas de jóvenes incapaces de encontrar pareja.
Conscientes de estas realidades, el DPPF reconoce a ese como uno de los grandes desafíos, a los que se suman el proceso de transición demográfica de alta a baja fertilidad, el modelo de maternidad temprana a tardía y una estructura poblacional de joven a longeva.
En cuanto a la dimensión demográfica, en la actualidad Vietnam mantiene su índice de reproducción de relevo pero existen diferencias entre regiones y localidades, especialmente en 33 provincias -de 58 y cinco municipalidades- se registra baja tasa de fecundidad de reemplazo (inferior a 2,1 -la establecida para garantizar una pirámide de población estable-).
Vale tener en cuenta la reducción de la tasa de natalidad (como política demográfica) de 42,32 nacimientos por cada mil habitantes en 1960 a 16,26 en 2014 y el aumento de la esperanza de vida -de 40 años a 70,44 (hombres) y 75,65 (mujeres) en igual período-, lo cual llevará pronto -como se dijo- a un período de envejecimiento.
De hecho, por resolución del primer ministro Nguyen Tan Dung, en junio pasado se declaró octubre como el Mes de Acción por los Ancianos en este país, en correspondencia con su Día Internacional (el 1) y la demanda de elevar la calidad de las actividades para las personas de la Tercera Edad.
Por otro lado, aunque es una de las naciones con mayor velocidad de envejecimiento en la región -en la próxima década, 10 millones de vietnamitas arribarán a la Tercera Edad-, el país se encuentra en la "Edad de Oro" de la población, con más del 40 por ciento de esta actualmente en edad laboral.
Teniendo en cuenta que debido al aumento de la longevidad Vietnam deberá enfrentar cargas por bienestar social (factores que participan en la calidad de la vida de la persona) y un lento crecimiento económico, la etapa actual abre diversas oportunidades para el desarrollo socioeconómico nacional.
El país debe aprovechar al máximo esta abundante fuerza laboral mediante la inversión en salud, educación y formación vocacional conforme al desarrollo nacional, dijo en mayo último Le Bach Duong, del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU).
En ese sentido, la representante en este país del FPNU, Ritsu Nacken, durante un encuentro reciente en Ciudad Ho Chi Minh propuso diseñar un plan de desarrollo socioeconómico que incluya las políticas de población, para lo cual ofreció apoyo técnico.
Sugirió la aplicación de una edad de jubilación flexible y programas de formación de habilidades para Tercera Edad -de 60 años y más- como una vía para asegurar sus ingresos y bienestar social.
En esa ocasión los asistentes debatieron sobre el proyecto de Ley de población, sobre el que a finales de septiembre pasado se difundieron algunos de sus contenidos.
Ese documento, en el cual trabaja el Ministerio de Salud sobre la base de los resultados de una encuesta pública, estipula en una de sus regulaciones que cualquier persona menor de 18 años necesitaría el consentimiento de uno o los dos padres o tutores para el aborto.
La legislación también define que las interrupciones están permitidas para las mujeres con menos de 12 semanas de embarazo, mientras, las que superan ese tiempo de gestación sólo obtendrán el permiso de abortar cuando sean víctimas de un delito, si el engendro representa un peligro para su salud o si el bebé está en riesgo de defectos congénitos.
La ley prohíbe además las actividades vinculadas con la selección de sexo del feto -una de las formas de discriminación-, así como a los miembros de la familia presionar a las parejas en ese sentido.
Según cifras difundidas por el FPNU, Vietnam es uno de los cinco países con altas tasas de aborto del mundo, superando a todos los del Sudeste Asiático -anualmente se realizan 300 mil, de ellos 150 mil de adolescentes.
En ocasión del Día Internacional de las Niñas (11 de octubre) y la campaña contra el desbalance de género en nacimientos, el DPPF alertó que ese último podría romper la estructura familiar.
El fenómeno en el país es elevado tanto en zonas urbanas como rurales, precisó la fuente, al añadir que la situación se presenta con mayor frecuencia en las parejas de alto nivel de estudio y favorables condiciones económicas.
Expertos atribuyen como causa principal de ello al sobreuso de tecnologías avanzadas en la selección del sexo desde el embarazo. También a que cuando las personas se jubilan, la carga mayor de responsabilidad acerca de la atención recae sobre los varones.
Para frenar esta tendencia, el referido departamento impulsa campañas educativas a fin de mejorar la conciencia y cambiar el comportamiento público en relación con la selección del género. Igualmente llamó a elevar la responsabilidad y ética profesional de los agentes de salud sobre el asunto.
Para el período 2016-2020, Vietnam adopta iniciativas dirigidas a lograr una composición de sexos que supere el actual desequilibrio, incrementar en un 50 por ciento el número de las personas de edad avanzada con acceso a los servicios de atención de la salud, y mantener una fertilidad adecuada, disminuyéndola en las zonas con alta tasa, según el DPPF.
También, promueve acciones para resolver en ese período los problemas de desigualdad del género en comunidades de etnias minoritarias, donde persisten aspectos negativos de la cultura tradicional de Asia Oriental y hábitos caducos, según reconoció en un seminario a principios de octubre el vicejefe del Comité Gubernamental de Nacionalidades, Hoang Xuan Luong.
Incluir las políticas relativas al género en las de desarrollo para esas áreas, impulsar la participación de sus mujeres en órganos ejecutivos y soluciones integrales para garantizar la sostenibilidad de dichas zonas, son algunos de los llamados al respecto.
Sin dudas, todas las leyes, políticas e iniciativas adoptadas que den luz a las mujeres y niñas, para el desarrollo pleno de sus aptitudes y capacidades y respeto a sus derechos, harán de Vietnam un país más íntegro, humano, con otra gran victoria en su historia.