
El candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, es un joven político que de alguna manera busca emerger como una opción válida frente a un candidato que, como el presidente Danilo Medina, se muestra imbatible, invencible y avasallador de cara a las elecciones de mayo del 2016. Abinader, que no tiene ninguna experiencia de estado ni ha presentado alguna idea novedosa al electorado, se nota como un aprendiz de político y su candidatura no se siente despegar ni consolidarse como opción válida para dirigir la nación dominicana.
Antes al contrario, Abinader parece un pequeño boy scout que se le olvida de manera permanente la forma de hacer los nudos a su pañoleta. Su accionar es errático, sin fundamento ni peso en las propuestas que formula y, lo peor de todo, se nota desenfocado en casi todos los planteamientos de fondo que realiza. En sus últimas tres críticas al gobierno del presidente Danilo Medina ha cometido errores tan infantiles que lo llevan a níveles que dan pena y verguenza, porque la verdad es que Luis Abinader no pega una.
Su primer gran error fue criticar de manera absurda e irracional uno de los puntos más luminosos del gobierno de Danilo: Las visitas sorpresas. La contundente respuesta que recibió de la sociedad civil, de los organismos internacionales y de sus propios partidarios que son dirigentes agropecuarios, lo arrinconaron de tal manera que Abinader que jamás ha podido volver a hablar de ese tema. Y más aún cuando las encuestas dicen que 9 de cada 10 dominicanos, es decir el 90%de la población, aprueba, respalda y valora las visitas sorpresas.
El segundo gran error fue sus críticas al proyecto de presupuesto, lo cual evidenció su falta de capacidad técnica y sus lagunas ético-morales. Presentó un documento que ténicamente da pena y verguenza y lo peor es que dice, sin ninguna prueba, que los funcionarios del gobierno se roban el 5% de todas las compras gubernamentales y que si él llega al poder permitirá que sus funcionarios se roben sólo el 2% y que dediquen el otro 3% a proyectos sociales. Esto mostró con claridad que no tiene idea de cómo formular un presupuesto y que no tiene capacidad para dirigir el país.
Su tercer gran error en menos de dos meses fue una declaración crítica en contra de las subastas agropecuarias para los permisos de importación. En esa irracional y hueca declaración manejó cifras totalmente abultadas y fuera de toda lógica. Y lo peor de todo era que la misma se convertía en una defensa de la forma nada ética en que anteriormente se asignaban los permisos de importación donde dos o tres intermediarios, que ni siquiera eran productores agropecuarios, se ganaban miles de millones de pesos simplemente por vender un permiso que le regalaba el funcionario de turno. Con esa declaración, Abinader mostró que su lucha contra la corrupción es simple y sencillamente una pantalla.
Luis Abinader no pega una y mientras más habla, más se hunde. Al parecer sus asesores, entre los que se encuentran un grupo de comunicadores de renombre que odian al PLD y que no se han dado cuenta que el candidato es Danilo y no Leonel, están llevando a Luis Abinader al despeñadero. Por todos esos errores es que su candidatura no prende ni prenderá en el electorado. Y si continúa así, sin pegar una y actuando como un imberbe político, no creo que llegue a alcanzar ni el 20% del electorado.
Euri tus opiniones son desacertadas habla de la corrupción en el pld y ese cheque que tu cobra del gobierno…
Euri Cabral aparentemente aprendió a leer al revés. Parece tener la extraña virtud de invertir el sentido y la significación real de todo lo que pretende analizar. Lo cierto es que Luis Abinader ha salido un hueso sumamente duro de roer para el Gobierno, ya que aunque no es un crítico vehemente ni desorbitado, generalmente cada vez que plantea una denuncia o expone una situación de interés público lo hace con toda la fundamentación y los argumentos para generar credibilidad en la opinión pública, tal como lo hizo en el caso de las visitas sorpresas, que ha obligado al Gobierno a invertir una millonada en en publicidad pagada para tratar de convencer a la gente que ese invento es bueno, aunque no resuelve nada. Lo mismo en el caso del proyecto de presupuesto y el manejo eminentemente reeleccionista y doloso de un instrumento que debía servir para motorizar el desarrollo nacional. Sobre el tema de las subastas los datos hablan por si solos: El gobierno importa cebollas a 9 pesos la libra y la vende a 90, un verdadero asalto al bolsillo de los consumidores.