A raíz de los sucesos ocurridos en París el pasado viernes, múltiples organismos se han movilizado para presentar su apoyo ante tan trágico suceso. Apoyo que no se limita a los organismos internacionales, sino que se expande a través de cientos de miles de personas, quienes de una forma u otra se han solidarizado.
Por Richard Matos
Como es de esperar ante tragedias de este calibre, la comunidad online también se ha solidarizado con la situación, brindando su apoyo a quienes directa o indirectamente se han visto afectados. A través de la gran amalgama de redes sociales, los usuarios de las mismas han hecho notar su solidaridad de distintas formas, llegando al punto en que prácticamente cada red social posee su propia firma de apoyo.
Pero de la misma forma en que muchos han compartido su apoyo online, no han faltado quienes consideran que dichas acciones son banales, hipócritas, y superficiales. Aunque esto no es de extrañar, ya que no es la primera vez que sucede, y es que cada vez que un suceso o tragedia -como es el caso actual- trascendental toma lugar, las redes sociales se convierten en un campo de batalla; donde una parte trata de ser solidario haciendo eco del dolor y sufrimiento ajeno, mientras que otra parte cuestiona la utilidad de hacer esto.
Lamentablemente, no todos cuentan con el entrenamiento o posibilidades necesarias para encontrarse en primera línea ayudando a aquellos en necesidad; de igual forma de que no siempre se cuenta con los recursos necesarios para aportar a las organizaciones y entidades que altruistamente proveen servicios en situaciones de emergencia; pero por suerte la línea de intervención no termina aquí. Son muchas las formas de ayudar, y en esta época digital, la línea entre el “ocio” y ayudar se ha vuelto bastante sutil. Nos encontramos con fenómenos como el live-tweeting (tuitear la situación mientras sucede), herramienta que ha probado ser de gran ayuda, al ser una de las formas más rápidas y efectivas de enterarse de que está pasando, sobre todo cuando se está en una situación caótica, donde las líneas suelen estar congestionadas, y el acceso a la información es limitado, en especial si se es turista.
Incluso algo tan “simple” como cambiar la foto de perfil por un símbolo que demuestre solidaridad con lo ocurrido, es una acción que le da esperanza a quienes fueron afectados, siendo al mismo tiempo un factor que aumente las posibilidades de que la situación sea sobrellevada de manera resiliente, ya que el sentimiento de desamparo se mitiga levemente al saber que hay quienes se preocupan por uno. Solo hay que tomar el pésame que se le da a aquellos quienes pierden un ser querido para poner todo esto en contexto. Darle el pésame a alguien no cambia nada, no revive la persona que murió, ni hace que desaparezca el dolor de quien sobrevivió a su ser querido; pero igual lo hacemos porque es un gesto, un gesto que indica que nos solidarizamos con la situación, y un gesto que quien está pasando por tan difíciles circunstancias aprecia.
De igual forma vale la pena hacer referencia a un fenómeno que suele tomar lugar ante la existencia de grupos que se solidarizan por una causa en especifico, y es la falacia “Red Herring”. En primer lugar, hay que dejar claro que una falacia no es más que un argumento que aparenta ser verdadero, con el objetivo de ser perjudicial. Las falacias pueden ser de varios tipos, y la Red Herring hace referencia a la presentación de un argumento –en ocasiones valido-, que se desvía del argumento original, quitándole así validez o atención. Un ejemplo perfecto de la falacia Red Herring, es la respuesta: “se quejan por tonterías como estas cuando hay países donde las mujeres son mutiladas al nacer” que muchas mujeres reciben al señalar las injusticias a las que se ven expuestas producto del sexismo; o comentarios como “se quejan por esta bobería cuando hay niños en África que mueren de hambre”. El que haya mujeres siendo mutiladas, o niños muriendo de hambre, es algo horrible, pero nada tiene que ver con la situación discutida en primer lugar, ni le resta veracidad al asunto.
Ya para terminar, en lo personal considero bastante necio el criticar y censurar a aquellos que solidariamente se unen ante una tragedia, sobre todo cuando vivimos en una sociedad donde cada día se es más individualista. Es por esto que el hecho de que gente de alrededor del mundo deje a un lado sus diferencias y se unan ante una misma causa, es algo que merece ser promovido, no censurado y criticado.