El presidente Danilo Medina siendo candidato presidencial prometió que realizaría un gobierno étio y moral, el cual tendría como elemento central altos niveles de transparencia. Acorde con esa visión y ese compromiso, decició crear las llamadas Comisiones de Veedurías en la mayor parte de las instituciones y ministerios, con la finalidad que un grupo de personas seleccionadas de los diversos sectores de la sociedad civil, pudieran ser parte de la fiscalización del manejo de los recursos del estado y el apego a todas las leyes y normas establecidas en los proceso de compra y contrataciones de bienes y servicios.
Estas Comisiones de Veedurías han estado jugando un papel de primer orden en ese proceso de fiscalización y control de que se cumplen esas normas. Estos mecanismos no han venido a sustituir a las instituciones que como la Contraloría, la Cámara de Cuentas y la Dirección de Compras y Contrataciones, son las responsables de esas tareas, sino que por el contrario han jugado un papel de complemento y auxilio en la fiscalización del complejo y difícil proceso que son las compras estatales y la prevención de manejos incorrectos de los recursos públicos.
Como parte de la transparencia para el manejo de estas comisiones se decidió que fueran integradas a las mismas personalidades que todo el mundo sabe que son parte de la oposición. Y en especial, se eligieron en algunos casos a comunicadores que nunca han sido afectos al partido que gobierna y que habían sido parte del equipo de estrategía de Hipólito Mejìa en las elecciones del 2012 y que hoy son parte del equipo de estrategia del candidato del PRM. Esa decisión constituía un riesgo, pues en campaña electoral era previsible que esos caballos de troya modernos usaron sus espacios para hacerle daño al gobierno y al presidente Medina que aspira a la reeleeción.
Y asímismo ha sido. La renuncia de varios miembros de la Comisión de Veeduria del Instituto de Bienestar Estudiantil del Ministerio de Educación, es parte de esa estrategia opositora. Con la excecpión de algunos de esos renunciantes, quienes dejaron esa veeduría no estaban luchando contra la corrupción sino buscando un efecto político parae desacreditar el gobierno y afectar la imagen del presidente-candidato. Eso se confirma al analizar sus argumentos: No se denuncia un solo caso de corrupción ni se cuestiona el accionar de Rene Jaquez, Director del INABIE, y por demás, uno los funcionarios más serios, honestos y éticos que tiene el actual gobierno. En esa renuncia, dirigida desde el comando del campaña del PRM, lo que se buscaba era provocar un supuesto escándalo de corrupción como efecto de propaganda electoral. Pero de nuevo fracasaron, pues nadie puede creer que un hombre de la honestidad probada de Rene Jaquez estaría actuando de manera indecorosa.
Ante esta estrategia opositora el gobierno lo que debe es fortalecer cada vez más y más las veedurías. No dejarse chantajear ni permitir que se debilite este mecanismo que ha dado un gran resultado. Donde quiera que renuncie un veedor, el gobierno debe tomar sus argumentos, responder de manera rápida, clara y contundente, y proceder a sustituirlo de una vez. El país en su gran mayoría respalda y cree en la honestidad de Danilo Medina. Y hay millones de dominicanos y dominicanas que están en la disposición de acompañarlo en el ejercicio de su gran labor y en su tarea de hacer renacer la esperanza, la prosperidad y la alegría en los rostros de toda la población.
Euri Cabral
Es Economista y Comunicador
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