Oslo, 20 nov (PL) Una ley de emergencia para restringir las peticiones de asilo entró hoy en vigor en Noruega, mientras Europa enfrenta una crisis migratoria considerada la peor desde la Segunda Guerra Mundial.
La normativa, que estará activa en los próximos dos años, facilitará a las autoridades rechazar las demandas de asilo en caso de que los solicitantes residieran antes en un tercer país considerado seguro.
También permitirá detener a los extranjeros que permanezcan en el país aunque sus peticiones no sean tramitadas, quienes también podrían tener la obligación de permanecer en un lugar específico.
El gobierno de coalición entre el Partido Conservador y el xenófobo Partido Progresista anunció la semana pasada las medidas, las cuales recibieron ayer el visto de bueno del Parlamento.
Durante el debate en el órgano legislativo, varios diputados estimaron necesario reformar la política nacional de asilo para introducir cambios de mayor envergadura y duración, como la posibilidad de devolver en caliente a los refugiados con un historial criminal.
Como Noruega, otras naciones europeas están reforzando sus políticas de rechazo a los migrantes, ante la perspectiva de que la actual crisis se extenderá al próximo año.
Las naciones balcánicas y de Europa del este, que constituyen la ruta por donde miles de foráneos cruzan para llegar a estados como Alemania y Suecia, comenzaron esta semana a permitir el paso solo a los procedentes de países castigados por la guerra como Siria, Iraq o Afganistán.
Esa admisión selectiva está provocando una compleja situación, pues muchas familias de África y Asia han quedado varadas, alertaron hoy diversos organismos internacionales.
Más de 800 mil foráneos llegaron este año al denominado viejo continente y una buena parte emprendió una travesía por los Balcanes y Europa del este, con el fin de llegar a naciones como Alemania y Suecia para pedir en ellas asilo.
De acuerdo con cifras presentadas, en noviembre un promedio de cuatro mil foráneos intentaron ingresar a Europa cada día.