“Aprender los uno de los otros para servir mejor a los pueblos constituye una de las grandes ventajas que ofrece el proceso de integración de Centroamérica y el Caribe”, lo expresó el presidente Danilo Medina en el discurso de recibimiento de su homologo panameño, Juan Carlos Valera Rodríguez, que vino al país interesado por empaparse de manera directa de un conjunto de iniciativas de la administración de Medina que le interesaría emular.
Entre esos emprendimientos están las visitas sorpresas del presidente Medina, que cualquiera las pones en práctica pero no les salen igual sino conoce la metodología que se ha creado para lograr algo que es imposible sin el empleo de la fuerza pública y sin atropellamientos: que un presidente sin ninguna parafernalia haga un descenso a comunidades muy apartadas, a reunirse con el núcleo social y productivo que ha decidido hacerlo, a escuchar sus requerimientos y coordinar acciones concretas para impulsarlos a mejorar sus niveles de organización y su productividad.
Si fuera una sorpresa sin planificación se trataría de una acción populista de escaso impacto en la mejoría de las personas, pero si la llegada en una ocasión no esperada del presidente fuera una cosa filtrada con horas de anticipación se formaría un caos tal que el objetivo de las visitas no se cumpliera, la clave está en que el mandatario actúa como si fuese no el hombre más poderoso del país, sino un antiguo promotor de la ODC.
Balaguer, en una etapa de sus ejercicios gubernamentales visitaba comunidades apartadas y disponía obras, pero Danilo no recorre comunidades, va a reuniones con grupos organizados y trata de facilitarles las herramientas necesarias para que mejoren sus procesos de creación de riquezas, con créditos, mejor tecnología y asesoramientos.
Nunca ha entregado dos pesos a nadie de manera individual, ni una funda de alimentos para que sacien el hambre por varios días, y jamás ha dejado de pregonar que no anda en regaladeras porque no es dueño de los fondos que administra, por lo que no tiene derecho a donarlos. Aplica lo que siempre pregonó su gran maestro, en vez de regalar pescado enseñar la gente a pescar, que es lo mismo que enseñarles a vivir con dignidad.
Es eso lo que Juan Carlos Valera y otros presidentes quieren lograr, por lo que necesitan conocer de la experiencia del que lo ha estado aplicando, que tiene otro detalle que de seguro compartió con el mandatario panameño: sacrifica para esas acciones parte de sus momentos de ocio, porque realiza las visitas sorpresas sin restar el tiempo que debe dedicar a los temas cotidianos del Estado.
Un capítulo aparte es el de la Jornada Escolar Extendida y el Plan Nacional de Construcción de Aulas, aspecto sobre el cual dijo Franklin Báez Brugal, en su disertación en la AIRD: “Danilo Medina, ha colocado la educación como la más importante prioridad de su gobierno, tenemos que reconocer que el esfuerzo que se está haciendo en esta materia es de grandes dimensiones”.
Además de esos dos temas Valera quiso ver la exitosa operación del sistema de emergencia 911, el modelo de la fiducia en la construcción de viviendas económicas, inversiones privadas como el puerto turístico de Maimón y la generadora AES Andrés, así como la consolidar las relaciones bilaterales con tres tratados: el de Asistencia Legal Reciproca en Materia Penal, el de Extradición y el de Cooperación Técnica en el Área de Turismo.