41 periodistas y comunicadores de Haití y República Dominicana participaron en el curso “Comunicación Social para la Prevención de Riesgos. Género y Cambio Climático”.
Por Ivet González
SANTO DOMINGO, 30 nov 2015 (IPS) – Comunicadores y periodistas del Caribe comprometidos con el ambiente, avizoran que será un gran desafío transmitir y concienciar sobre los cruciales acuerdos en París de la 21 Conferencia de las Partes (COP21) sobre cambio climático.
“Se necesita difundir información científica de manera más clara y hablar del verdadero impacto que tiene el cambio climático en las vidas de las personas”, indicó a IPS la periodista Amelia Deschamps, ancla del programa informativo El Día, del canal dominicano Telesistema 11.
Para ella, los retos en materia de comunicación vendrán cuando concluya la COP21 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, inaugurada este lunes 30 en París y que concluirá el 11 de diciembre.
“Hasta ahora hay mucha intención pero pocas prácticas de mitigación y adaptación”, dijo Deschamps.
A juicio de la periodista especializada en asuntos ambientales, el tratamiento mediático de sobre el recalentamiento planetario “ha sido muy débil y simple”. Esto, valoró, ha contribuido con la percepción entre la gente de que es un asunto “ajeno” o “meramente científico”.
Y las personas “se preocupan más por lo que les afecta directamente”, lamentó la también activista sobre gestión de riesgos en comunidades desfavorecidas, que considera clave la movilización ciudadana para revertir el deterioro ambiental.
Los 195 países parte congregados en la capital francesa deben concordar un nuevo tratado universal y vinculante para contener el aumento de la temperatura en dos grados centígrados con respecto a la época preindustrial.
Por la actividad depredadora de la humanidad, el planeta se hace cada vez más caliente, lo que provoca grandes desajustes como eventos extremos, entre ellos olas de calor, sequías prolongadas y lluvias intensas. Así, se va reduciendo el agua potable, las tierras fértiles y la biodiversidad, entre otros.
Las áreas costeras sufren ya las consecuencias de la elevación del nivel del mar, un proceso que según fuentes científicas comenzó hace 20.000 años, pero el calentamiento global lo acelera desde los últimos 150 años.
Por esa razón, las pequeñas islas como las caribeñas califican dentro del grupo más vulnerable, aunque sus emisiones aportan de manera despreciable al cambio climático.
“Como periodistas y comunicadores no hemos sabido identificar los mensajes adecuados para que la población de sienta involucrada en este tema”, continuó Deschamps, durante un taller organizado por la Agencia Cubana de Medio Ambiente, el capítulo dominicano de la Fundación Nicolás Guillén, la Embajada de Noruega ante La Habana y la agencia IPS.
Para capacitar a profesionales de la comunicación del Caribe, un claustro de especialistas de Cuba, México y República Dominicana realizó el curso “Comunicación Social para la Prevención de Riesgos. Género y Cambio Climático”, del 23 al 26 de noviembre, en la capital dominicana.
La iniciativa benefició a 41 periodistas y comunicadores de Haití y el país anfitrión. Incluyó además tres conversatorios de especialistas con estudiantes de dos escuelas rurales y 25 mujeres dominicano-haitianas.
“Es necesario que los medios se capaciten para difundir más información a nivel nacional sobre el fenómeno y el pacto a lograrse en la COP21”, opinó Marie Jeanne Moise, funcionaria de la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente de Haití.
De acuerdo con esta comunicadora y educadora ambiental, “hoy se habla de manera dramática sobre el calentamiento global y las personas sienten miedo”. “Pero eso no significa que la población sepa cómo es el fenómeno ni cómo protegerse para reducir los impactos en su vida”, acotó.
Moise instó a los periodistas y los medios a ir al “fondo del problema”. “Las informaciones insisten en las catástrofes y lo vulnerables que somos, no obstante dicen poco del aporte que debe dar la población en un cambio positivo de actitud hacia el ambiente”, amplió.
Para la representante haitiana, la COP 21 “unió más el Caribe como una región vulnerable que necesita tomar una posición común”.
Los países de la región que participan en cumbre climática negocian en el marco de la Comunidad del Caribe (Caricom), integrada por 15 países mayoritariamente insulares, y como parte de la Alianza de Pequeños Estados Insulares.
En las jornadas previas a la COP21, Caricom lanzó la campaña “1,5 para seguir vivos”, con el objetivo de promover la posición del área, que pide frenar la elevación de la temperatura media en un tope más bajo de los dos grados centígrados.
La iniciativa persigue además concienciar sobre los efectos particularmente negativos de recalentamiento para sus 15 países.
Caricom estima que los costos de la inacción frente al fenómeno supondrán para sus países pérdidas de 10.700 millones de dólares en 2025, o cinco por ciento del producto interno bruto (PIB) del área, y de unos 22.000 millones de dólares para 2050, o 10 por ciento del PIB.
Por esa razón, la ciudadanía caribeña está a la expectativa de que la COP21 establezca mecanismos internacionales con sanciones para los países incumplidores de los acuerdos.
Haití y República Dominicana, que comparten la isla de La Española, figuran en la lista de los 10 países más vulnerables a los desastres naturales, según el Atlas de Exposición Económica a Riesgos Naturales elaborado en 2012 por Maplecroft, una empresa de análisis de riesgo con sede en Gran Bretaña.
Las debilidades están dadas, además de la exposición física a eventos como terremotos y huracanes y la baja resistencia económica, por las inequidades sociales y territoriales, falta de preparación y desigual distribución de capacidades en los equipos regionales y locales, reveló el estudio que comparó 197 países en 29 índices de riesgo.
El bloguero y activista dominicano a favor de los derechos humanos Yesibon Reynoso reconoció que en su país “se sabe y se habla bastante sobre ambiente, aunque por coyuntura”.
Sin embargo, abundó que, “al profundizar en el tema, lo educativo suele ser suprimido por el efectivo. Por ejemplo, depredar los bosques no es siempre castigado. La impunidad reina a través de su explotación con el apoyo de la corrupción en el Estado”.
En su opinión, “los derechos ambientales no se tratan con la vitalidad que tienen para la vida del país y del planeta. No hay respeto social y político tradicional por el medio ambiente”.
Editado por Estrella Gutiérrez