Si con el lindo nombre de manzanas fueran a denominarse políticos, funcionarios, jueces, legisladores y empresarios inescrupulosos asociados en todo tipo de suciedades, habría que decir que en este patiecito del mundo hay manzanas coloradas, blancas, azules, blancas-azules, moradas y multicolores; colocadas en sacos almacenados por un capitalismo neoliberal plagado de bacterias y protegidos por una Constitución que las alimenta y protege.
Las varios-pintas manzanas podridas, señor presidente, no son pocas ni son chiquitas. Las más grandes han podrido casi todos los sacos de manzanas del Estado dominicano. Y en el caso de las moradas la situación es tan grave que no es fácil seleccionar las sanas, ni tampoco minimizar la podredumbre de su régimen.
Los gusanos de las coloradas se pasaron a las moradas, a las blancas y sus derivadas. Nadie que pudiera hacerlo se dedicó a sacar las podridas cuando eran pocas. Hasta las manzanitas sanguijuelas chuparon pulpas infectadas y ya ustedes saben las consecuencias.
Pasó así en los depósitos del Palacio Nacional, la DNCD, la DNI, las FFAA, el Congreso, el Sistema Judicial, el Poder Electoral, las Alcaldías, los partidos del orden en descomposición y en ciertos y determinantes cohollos empresariales…
La podredumbre se generalizó antes que a alguien se le ocurriera echarle la culpa a la mayoría de las manzanas sujetas a descomposición. Esa oportunidad se dejó pasar porque las más grandes siempre se empeñaron en no permitir intromisiones en sus respectivos sacos.
Ahora, tardíamente, cuando los sacos y el Estado apestan, han decidido exhibir como culpables a algunas manzanitas del sector judicial, que las mismas grandes agusanaron, iniciando una supuesta y poco creíble profilaxis selectiva.
Pero no hay manera: las sacrificadas ripostan acusando a una parte de las de arriba, mientras otras de gran grosor intentan escurrir el bulto.
Las acusaciones desde la SUPREMA, vertidas en alto tono teatral, se quedan cortitas frente a los cargos que podrían formulárseles a las grandes manzanas podridas beneficiarias de las estafas bancarias, PEME, RENOVE, Sun Land, Contrato Barrick, FUNGLODE, OISOE, Acuerdo Madrid, Plantas a carbón de ODEBRECH, Concesiones Mineras, Compra de la Re-postulación, San Souci, FOMPER…
Pero acontece que ellas dirigen el Estado repleto de sacos podridos y solo ellas determinan que fruto huele mal. Y entonces, la cuestión se complica porque la solución debe ser radical: finiquitar este Estado con todos sus sacos de manzanas podridas, refundándolo vía Constituyente Popular y Soberana.