Está claro que la crisis del poder judicial va más allá de los cinco jueces señalados con casos de corrupción y que un juicio en contra del grupo luce una caja de pandora.
Al parecer, por la magnitud del caso, fue que el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito planteó la posibilidad de solicitar que sea convocado el Consejo de la Magistratura.
Y es que si al parecer los señalados como jueces corruptos en cierta manera han aceptado alguna responsabilidad, en ellos podrían haber muchos argumentos como parea descalificar hasta a quienes eventualmente vayan a juzgarlos. Y lo que ellos digan tendrá el el mismo peso de lo que en su contra se ha dicho.
Sin que que se concluya en que todo el mundo es corrupto en la Justicia, lo que se sospecha es que son más que los señalados, incluidas las conexiones políticas que al parecer existe en este caso.
Incluso, el propio presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Mariano Germán Mejía, ha comenzado a bailar en este caso, al punto de que este martes debió referirse al asunto.
Germán Mejía dijo que se dilucidará en los tribunales la acusación en su contra hecha por la jueza suspendida Awilda Reyes, quien denunció que actuó respondiendo a “órdenes superiores” que alegadamente recibió para favorecer a imputados de crímenes de sicariato y lavado de activos fueron del exjuez Francisco Arias Valera, supuestamente en nombre del presidente de la Suprema Corte de Justicia.
La magistrada Reyes reveló a Participación Ciudadana que para ordenar la devolución de los 20 millones de dólares a la compañía constructora de la Torre Atiemar, así como para dejar en libertad al regidor por Pedro Brand, Erikson de los Santos Solís, recibió órdenes directas del exmiembro del Consejo del Poder Judicial, quien para el último caso, además de darle la orden, fue a su casa y le entregó el sobre que contenía el dinero.
De acuerdo a la versión de las declaraciones de Germán Mejía publicada por Diario Libre, el presidente de la Suprema no aclaró si retira o mantiene la acusación contra la referida jueza, y solo enfatizó que es un caso que va a los tribunales, donde deberán resolverlos.
Mariano Germán explicó que no argumentará sobre el caso a la prensa porque como presidente de la Suprema Corte de Justicia tiene que ser un símbolo de prudencia.
“La prudencia me dice que en los momentos de muchas dificultades hay que saber callarse, agradezco su preocupación, pero no voy a decir nada, no voy a emitir opinión”, enfatizó.
EL MINISTERIO PUBLICO.
Quien observa con lupa cada movimiento es Domínguez Brito, quien se dice sabe más sobre este caso y de los implicados en el mismo y que sabe que al final habrá que convocar al Consejo de la Magistratura, porque no quedará más camino si se pretende que en el país exista una justicia confiable.