Los jueces Celso de Mello y Gilmar Mendes de la Corte Suprema de Brasil, rechazaron las apelaciones que presentaron los aliados de la presidenta Dilma Rousseff en contra del juicio solicitado en la Càmara Baja.
Los magistrados rechazaron dos apelaciones de legisladores de la coalición gobernante, incluyendo una moción presentada por congresistas del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).
Otra apelación presentada por el Partido Comunista Brasileño (PCdoB) aún esperaba a una decisión, dijo una portavoz de la corte.
Dilma ordenó acelerar los trámites del proceso judicial, ya que supone que, de extenderse, complicaría su gestión.
Las apelaciones fueron la primera línea de defensa de Rousseff contra un eventual impugnación y el rechazo de la Corte Suprema refuerza expectativas de una batalla política, en momentos en que la mayor economía de América Latina se encuentra sumida en una profunda recesión y un enorme escándalo de corrupción.
La oposición sostiene que Rousseff violó leyes presupuestarias para salvaguardar estímulos económicos durante su exitosa campaña de reelección el año pasado. La presidenta, que ocupa el cargo desde 2011 y fue reelecta hace un año, niega haber incurrido en irregularidades.
Pese a que podría no concluir con la salida de Rousseff del poder, el proceso agrega un obstáculo más a un Gobierno que enfrenta un estancamiento en Brasilia, en su búsqueda por respaldo del Congreso para aplicar políticas para reactivar el crecimiento económico.